El Callejón Del Beso (Parte 2)

Destino

El hubiera no existe.

Al menos eso es lo que muchos dicen, pero desgraciadamente para Tanjiro era todo lo contrario.
El pensaba que el hubiera podido hacer  más que cualquier cosa y es por esa palabra que se pasaba sus días buscando posibilidades.

Para suerte suya, Nezuko la hermana del pelirrojo había llegado a su hogar. Aunque no venía sola: Inosuke, Genya, Muchiro, Yuuchiro y Zenitsu acompañaban a Nezuko desde sus espaldas.

Ocultandose detrás de la pelinegra y asomandose para ver a la familia Kamado.

— ¿Crees que Gompanchiro este mejor? — pregunto el de ojos verdes.

— Es la pregunta más....ahora que lo pienso siempre dices tonterías— respondió Yuuchiro.

— Cállense, debe de ser una sorpresa para mí hermano.

Nezuko había dejado a todos callados.
Cuando la chica abrió la puerta, Kie y todos sus hermanos se sorprendieron al ver a sus amigos.

— Hola mamá — dijo con duda.

— Hola hija y.....

— Perdone señora, pero nosotros somos amigos de Nezuko y Tanjiro — hablo Zenitsu.

Para Zenitsu que ya había visitado muchas veces a Nezuko era conocida la familia de la pelinegra. Mientras que los otros se quedaron boquiabiertos al ver la cantidad de hermanos que tenía Nezuko.

— Está bien — dijo con una sonrisa Kie —  ¿Vinieron para ver a Tanjiro?.

— Así es mamá, quería darle una sorpresa.

— Si son sus amigos no puedo negarme a dejarlos pasar.

El lugar era cálido y olía bien. Todos quedaron maravillados al entrar, por qué podían saborear el pan que salía de los hornos de la cocina.

— Nezuko, vives en un paraíso — dijo Muchiro.

— ¿Por qué todos dicen eso?.

— Será por qué tu casa tiene una panadería — respondió el rubio.

Nezuko y Zenitsu estaban tan metidos en la conversación que no se dieron cuenta cuando Inosuke se había acercado a la pequeña porción de pan que se encontraba en la mesa de la cocina.
Yuuchiro y Genya intentaron frenarlo pero fue inútil, el de ojos verde comenzó a deborar el pan.

— ¡¡Detente idiota!!— decían mientras tiraban de la ropa del pelinegro.

— ¡Nos meteras en problemas!.

Zenitsu los miro y de inmediato intento detener el desastre que estaban haciendo.

— ¡Detengase chicos! — decía Nezuko mientras apartaba a Inosuke de la mercancía.

Causando un gran alboroto en el lugar.

Tanjiro había salido de sus pensamientos al escuchar tanto ruido abajo. El sabía que su familia no hacía tanto ruido y eso le preocupaba.

— Quizás alguien cayó al suelo o están robando.

Su mente de inmediato le hizo actuar, se levantó de su cama y salió disparado al primer piso. Pero para su sopresa había muchas cosas tiradas por el lugar, como era pan, harina y demás cosas que se hallaban ahí.

— ¡Ya basta tarado!.

Había unas voces que conocía, pero no debía de confiarse.

— Eres un estúpido, ¿Mira lo que hiciste?.

— ¡Sueltenme!.

Al dar la vuelta, se topó con sus amigos. Estaban en el suelo sometiendo a Inosuke que trataba de liberarse.
El se quedó sin palabras.
Los demás se percataron de la presencia del chico y de inmediato todos hablaron.

— ¡¡Tanjiro!!.

La voz de todos pronunció el nombre del pelirrojo.

— ¡Hermano, lo siento mucho! — dijo Nezuko disculpándose — los traje por qué quería darte una sorpresa y todo termino en desastre.

Los ojos de Nezuko demostraban tristeza. La sorpresa que tanto planeaba se había ido al caño.
Pero, la mano de su hermano se posó sobre su cabeza y ella de inmediato levantó la mirada.

— No te preocupes Nezuko. Fue la mejor sorpresa que me has dado.

Todos se levantaron dejando ir a Inosuke para después ir con Tanjiro.
Zenitsu se tropezó y termino en el suelo gracias a Inosuke, pero con todas sus fuerzas se arrastró para llegar y sujetarse al pie de Tanjiro.

— ¡¡Tanjiro!!¡¡Tonto, ¿Por qué nos dejaste?!!— las lágrimas que dejaba caer comenzaba a mojar el pantalón de Tanjiro.

Genya y los gemelos fueron corriendo en si dirección para abrazarlo fuertemente.

— ¡Todos te extrañamos!.

— No nos dejes con ellos, son detestables — dijeron los gemelos.

En ese momento Inosuke que levantó y comenzó a reclamar.

— ¡Gompanchiro, eres un completo idiota!.

Todos miraron al de ojos verdes.

— ¿Por qué te marchaste?.

— Bueno....yo — cada palabra que pronunció estaba repleto de tristeza — Todavía no puedo ir.

— ¿Por qué no?.

— Por qué si voy, no podré sentirme bien contigo mismo. Me resulta injusto que lleve una vida normal con todo lo que pasó.

— Tanjiro, todos sabemos que ella no te culpara jamás — dijo Muchiro para consolarlo.

— Ya se que ella jamás haría eso pero, en realidad sería yo al no dejar de pensar que pude haber hecho algo. Así que no puedo.

Inosuke se acercó enojado y apartó a todos. Parecía furioso.
Sujetando a Tanjiro de su camiseta comenzó a gritar.

— ¡Que más quisiera golpearte!.

Todos se quedaron en silencio. Todos habían visto a Inosuke gritando y siempre causando problemas. Pero está vez es diferente.

— ¿De verdad crees que si sigues con estas estupideces no terminarás mal?, ¡Tan solo mírate!.
Todos estamos preocupados por ti, pero eso no te importa. Eres un egoísta por tratarnos así.
Si Kanao pudiera decirte algo, te diría que jamás te sintieras afligido por lo que sucedió.

— Por primera vez, el cerdo tiene razón — intervino Zenitsu —lo único que puedes hacer por Kanao ahora sería vivir.

— Por única vez le daremos la razón a Inosuke — intervino Genya — nos importas mucho, después de todo eres nuestro amigo. Y jamás te dejaremos.

Todos guardaron silencio, incluso los hermanos pequeños de Tanjiro y Nezuko.
Kie y Tanjuro se acercaron al pelirrojo.

— Hijo, no me gusta verte afligido. Puedo ver a simple vista que les importas y que te quieren mucho. Por favor, queremos que seas feliz y estando aquí encerrado nos damos cuenta que no lo eres.

La mirada de Tanjiro llegó al suelo del lugar.
Una mano se posó sobre el hombro del chico llamando su atención.

— Sabes que conocimos a Kanao y ella era increíblemente amable; aún así con todo lo que cargaba sobre sus hombros. Tu llenaste de alegría su vida y aunque el tiempo que pásaste con ella fue demaciado corto deberías de pensar que aunque fue poco ella se siento bien. Ahora es tiempo de que seas feliz al igual como lo fue ella.
Tus amigos tienen razón, deberías de comenzar a vivir como ella hubiera querido.