BangLo SongFics

When you came into my life

Observó el lugar en silencio, la luz de la luna dibujaba sombras estáticas sobre la fachada de la casa, y sintió que su corazón se aceleraba.

—No debes entrar si no quieres hacerlo —dijo ella con ese tono de voz que utilizaba para calmar las rabietas de sus alumnos y YongGuk no pudo evitar sonreír agradecido—, ellos entenderán si aún no te acostumbras a las reuniones familiares.

Sintió un suave peso sobre su muslo derecho y alzó la mirada para encontrar el semblante sonriente de su esposa, se fijó en las sombras oscuras bajos sus ojos, sus iris brillantes y le sonrió de vuelta.

—Está bien, no debes preocuparte por mí, es momento de estar con tu familia.

Compartir con otras personas nunca le resultó fácil y, a pesar de que todos los familiares de su esposa eran divertidos y agradables, YongGuk nunca pudo sentirse cómodo entre ellos y sus sonrisas.

—Ellos te aman, lo sabes, ¿verdad?

Sí, lo sabía de sobra, y eso solo empeoraba la opresión en su pecho. ¿Cómo podía enfrentarlos en un momento tan alegre como ese y sentirse tan ajeno? Tomar de la mano a JiEun era una buena forma de mantenerse anclado a algo, pero eso no quitaba que se sentiría como un farsante cuando todos lo recibieran con los brazos abiertos.

—Vamos, antes de que empiecen a preguntarse por qué no has llegado.

Se bajó del auto y esperó a que JiEun estuviera a su lado para caminar a la casa. Los cumpleaños, a pesar de ser ocasiones alegres y divertidas, le parecían demasiado ruidosos y desgastantes.

—Esto será divertido —comentó ella casi para sí misma mientras atravesaban la calle de asfalto con pasos lentos—, al menos lo será hasta que él llegue.

Él. Nadie lo llamaba por su nombre, era la vergüenza mejor oculta de la familia Choi y JiEun era la única que de vez en cuando lo nombraba y recordaba con cariño. YongGuk estaba seguro de que sería incapaz de reconocerlo si lo veía en la calle, pero lo conocía y admiraba la idea de lo que representaba, incluso si toda su familia lo despreciaba por la forma en que había decidido vivir.

YongGuk tenía una opinión concreta en cuanto a ese tema, él conocía perfectamente al primo menor de JiEun y no compartía las opiniones crueles y prejuiciosas que toda la familia tenía sobre él, pero no se detenía a discutir con todo el mundo por algo que, a sus ojos, nadie tenía el derecho de cuestionar.

Que JunHong viviera libre y valientemente, incluso si al mismo tiempo era estúpidamente imprudente, era algo que YongGuk no solo admiraba, también envidiaba.

—Espero que no cause mucho revuelo.

Su llegada causó un poco de agitación, después de todo YongGuk tardó casi tres meses en volver a ver los padres de JiEun y estos lo extrañaban, por lo que no dudaron en salir a su encuentro con sonrisas alegres y palabras de bienvenida.

La abuela Choi estaba abiertamente preocupada por su salud –al igual que todos, pero el resto disimulaba– y no paraba de preguntarle si estaba comiendo y durmiendo bien. Compartió unos cuantos comentarios sobre fútbol con su cuñado y su suegro, pero ellos no tenían muchos temas en común y eventualmente la conversación se volvió forzada e incómoda.

La llegada de Choi JunHong, por su parte, fue un verdadero revuelo. Nadie lo esperaba ni quería verlo, pero todos sabían que, como la pesadilla que era, llegaría en el momento menos esperado.

Tocó el timbre cuando estaban encendiendo las velas del pastel y YongGuk escuchó un quejido colectivo que le ayudó a comprender mejor lo que pasaba. Apagó el encendedor y, al ver que nadie hacía el intento de abrir, caminó hasta el recibidor escuchando los sonidos incesantes del timbre.