Quiero morirme en ti

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Zelo mostró su tarjeta de identificación al guardia que custodiaba la puerta de aquel pub estilo americano y entró casi corriendo para encontrarse con sus hyungs, mientras una mezcla de rock y pop salía de los parlantes y hacía temblar los cristales de las ventanas por el volumen.

JongUp e HimChan compartían una botella de cerveza. Fue el menor de los dos quien levantó una mano para que Zelo los reconociera y se sentara a su lado.

— ¿Y YongGuk hyung? —preguntó antes incluso de saludar a la feliz pareja.

— Viene en camino —respondió HimChan desviando la mirada hacia la puerta mientras se bebía todo el contenido de su vaso y le hacía una seña al mesero que los estaba atendiendo para que les llevara otra botella.

El menor solo frunció el ceño, no era común en YongGuk llegar tarde a algún lugar, él era siempre el primero, pero no se molestó en hacer comentarios, pues el mesero llegó en seguida con dos botellas y un vaso para él. HimChan rellenó su propio vaso y le sirvió al menor. Zelo no era gran fanático de la cerveza, pero de todas formas aceptó y, luego de ver al mayor beber, le dio un gran sorbo a su propia bebida.

Pasaron unos cinco minutos en los que ninguno de ellos dijo nada, lo que era extremadamente raro considerando que HimChan siempre tenía algo que decir.

Zelo había bajado casi la mitad de su vaso cuando una figura masculina pasó por su lado y se sentó en la silla contigua. YongGuk se veía pálido y estaba incluso más delgado de lo que recordaba, pero su sonrisa abierta y preciosa seguía impresa en su rostro moreno. Le sacudió el cabello con la zurda y se sentó entre él e HimChan. El mesero se acercó nuevamente al grupo y le preguntó al recién llegado qué se serviría. Zelo esperó que el mayor pidiera más cerveza o vino, pero en lugar de eso, tan solo pidió un agua mineral sin gas.

Repentinamente la tensión en el lugar creció, como si la simple presencia del mayor fuera algo molesto, Zelo casi podía tocar la incomodidad con que HimChan miraba a YongGuk.

Durante los minutos en los que esperaron la llegada de DaeHyun y YoungJae, Zelo fue el único que intentó hacer conversación, pero sus hyungs parecían más interesados en mirarse las caras que en decirse algo, por lo que terminó dándose por vencido. El menor sentía que en cualquier momento se volvería loco, ¿desde cuándo eran tan jodidamente silenciosos?

Y todo empeoró cuando la última pareja llegó de forma igual de sigilosa.

Generalmente Zelo rogaba por silencio cuando se reunía con sus hyungs, pero esa noche todos parecían demasiado sumergidos en sus pensamientos como para compartirlos y el menor sentía que no podía soportar la prolongación de aquella situación.

Fue Bang YongGuk, el mayor de todos, quien rompió el silencio, luego de abrir ruidosamente su botella de agua mineral y tomarse la mitad con dos sorbos. Repentinamente, el mayor tomó la mano de Zelo y la posó en medio de la mesa, gesto que llamó la atención del resto, quienes miraron a YongGuk con curiosidad.

Para ninguno resultaba realmente extraño ver esas muestras de afecto entre el mayor y el maknae del grupo, pues desde que se conocían que eran así de cercanos, siempre preocupándose de estar uno al lado del otro, abrazándose disimuladamente, tocándose los hombros, como si siempre necesitaran ese contacto para probarse que no estaban solos, que se tenían, eterna e indudablemente. Fue el mismo Zelo quien entrecruzó sus dedos con los morenos, buscando en ellos la fortaleza de la que él siempre había carecido.

YongGuk no solo era el mejor amigo del menor, su protector y el único que conocía su vida de principio a fin, YongGuk era la piedra angular en la existencia de Zelo, cada vez que se había sentido perdido, el mayor había sido su brújula. Cada vez que había sentido miedo, el mayor había sido su refugio. Cada vez que Zelo estuvo solo, YongGuk se encargó de llenar cada rincón oscuro y vacío de su vida. Incluso cuando Zelo se imaginaba el futuro, con YongGuk casado y con todos los hijos que siempre había deseado, el menor se veía a sí mismo a su lado, como una sombra fiel y constante... no podía imaginarse la vida sin el mayor, aunque tuviera que tragarse todos sus sentimientos para verlo feliz.

BangLo SongFicsWhere stories live. Discover now