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LIBERACIÓN

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El aire, más frío y más fuerte de lo normal.

Arrasa con las cosas frágiles, pero si logra convertirse en un tornado, puedo derribar toda una ciudad.

Sin embargo, existen construcciones que aún pueden soportar tal arrebatamiento, y la estructura sigue intacta.

Aún no se le ha dado un nombre tan majestuoso como ello, que protege y salvaguarda a los humanos, pero sin duda alguna, la mayoría de los que poblamos esta tierra y tenemos consciencia de lo que es el afecto y el amor, pero sobre todo de la traición, nos aseguraríamos de colocar tal material al rededor de nuestro corazón.

Nuestra estructura es frágil, una daga pasaría directo a nuestro corazón, pero la situación nos dejaría con los ojos heridos y no el cuerpo, sería tal sufrimiento de ver la traición en nuestras narices que quedamos vulnerables, tirados en el suelo como un trapo sucio.

Cualquiera diría que, luego de un corazón roto, un buen abrazo de nuestros padres y allegados lo curaría todo, pero... ¿si eres huérfana? ¿a quién deberías recurrir con tal situación y tal dolor?.

— Su tía, Madame Rachel ha fallecido esta mañana, lamento informarle, su majestad.
—la mujer se retira una vez dada la información dejando a la Reina mirando el aire.

Rachel, lo más cercano que tuvo a una madre.

Tan gruñona y estricta, jamás recibió un abrazo de ella, o un beso de buenas noches, nada parecido. Pero, no había nadie igual a ella, tan persistente, ruda y a veces cruel, pero era una mujer fuerte.

A ___________ jamás le agrado William, pues sabía las muchas infidelidades que Rachel tuvo que soportar por parte de él.

Rachel jamás pudo aprender a disculparse con las personas. Pero seguía ese incógnito del porqué era así.

Adelaine no sabía nada de su pasado, y no debería curiosear en él, pero aunque esa señora hubiese sufrido mucho, no tenía el derecho de tratarla así a su sobrina, casi una hija.

La castaña miró a Helene, su dulce sirvienta que la mira con la más pura lástima y casi lamentándose.

— ¿Debería preparar los carruajes, Excelencia?

La castaña está consciente de que si no asiste, es mal visto por toda la corte y por los ciudadanos.

Asiente.— Avísale a Ophelia y dile que nos vamos en una hora.

[...]

La gente se acumula entre el campo, frente a el ataúd de madera abierto.

La gente mira cada reacción de D'Arsac, como camina, como mira atentamente el baúl café dónde se encuentra su tía.

𝐞𝐯𝐞𝐫𝐥𝐚𝐬𝐭𝐢𝐧𝐠 Ξ ᴸᵃᵘʳⁱᵉ ᴸᵃᵘʳᵉⁿᶜᵉ (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora