El orfanato

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Londres, orfanato Wool 1984

La Señora Roudwell no podía parar de pensar que este niño era extraño, apenas lloraba y la profundidad de su mirada le daba escalofríos, con cuatro años apenas se relacionaba con los demás niños de edades parecidas y se la pasaba observando a todos con esos enormes ojos o leyendo libros. Y a veces le parecía que los demás niños lo evitaban.

Habían sucedido un par de incidentes, algunos de los niños acabaron gravemente heridos cuando cayeron por las escaleras pero Harry nunca se veía involucrado, aunque todos los demás niños lo culparan. Le daba un poco de pena que que la tomaran con el chico, con lo amable y dulce que era con todos los miembros del personal, pero definitivamente había algo en él que era extraño.

Ella pensó en su predecesora y como juzgaba y hablaba de que algunos niños eran malvados y raros pero ella creía que que a veces exageraba mucho sus historias. Siempre pensó que todos los niños merecen ser cuidados por eso escogió su vocación y el pequeño Harry era un niño hermoso que merecía la misma consideración.

Londres, orfanato Wool 1986

Pov  Harry

Habían pasado seis años desde que lo habían dejado en las puertas de ese orfanato y si había una cosa que Harry había aprendido en todo ese tiempo era que él era distinto, que no era igual a todos esos niños, a medida que crecía se dio cuenta enseguida que era diferente. Aquellos niños no eran como él, él tenía poder y podía hacer cosas extraordinarias con él, era increíblemente bueno recordándolas.

Se había esforzado cuando comenzó el colegio y había conseguido una beca para una escuela de prestigio pues estaba avanzado en comparación con los demás. Pero ni siquiera allí era como los otros, y aquello le causaba una profunda satisfacción, estaba solo pero eso lo había aprendido con el paso del tiempo.

Cosas extrañas habían pasado cuando se enfadaba o deseaba algo con intensidad, al principio le pareció extraño pero después paso a descubrir hasta qué punto podía llegar, ese poder o energía que se extendía dentro de él, le gustaba quería usarlo y poco a poco aprendió a hacerlo. Primero moviendo pequeños objetos, cuanto mas fuerte es el deseo, más fácil era el resultado. A medida que creció algunos niños mayores del orfanato empezaron a resentirlo por tener cosas que ellos no, le habían dejado una habitación solo para él porque los demás no querían estar a su lado, pero él no iba a dejar que nadie le molestara.

"Que vas a hacer eh" dijo un chico llamado Sam al que no lo habían dejado salir, al contrario que a Harry que casi todas las tardes se dirigía a la biblioteca que se encontraba a unas manzanas del orfanato. Estaban cerca de las puertas del orfanato y a esa hora no había nadie cerca, sin testigos sin problemas, pensó Harry.

Harry notó el agarre que tenía el chico contra su brazo se estaba empezando a enfadar, como osaba ese chico tocarlo, y lo sintió, esa energía que lo alcanzaba, puso su mano libre en la muñeca del chico y deseo que se rompiera, y así lo hizo.

"Ahhh" el niño sólo podía gritar "MONSTRUO, ERES UN MONSTRUO" e niño lloraba y Harry no sonreía pero tampoco parecía perturbado por lo que podía hacer, no le gustaban las personas, se acercó a él y se agachó hasta donde se encontraba

"Que ruidoso, deja de llorar o te romperé las extremidades que te quedan, después te las curaré y las volveré a romper y así hasta que me aburra" lo miro con esos profundos ojos y el niño aterrorizado se callo.

Harry salió de allí como si no hubiera pasado nada, no le gustaban las personas pero mientras no le molestaran podía fingir que no existían.

La mascaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora