{VERANO DE LOS 14 AÑOS}
―Se mudó una familia con dos chicos de su misma edad ―nos contó Warren, el padre de Cole, señalándome a mí y a Cole con los cubiertos―. ¿Gina y Matt? También tienen catorce ―Nosotros nos encogimos de hombros, no los habíamos conocido―. Deberían ir a saludarlos.
Cole y yo intercambiamos una mirada, pero seguimos comiendo.
Estábamos almorzando en el porche de la casa de los Holder. Mis padres y yo habíamos llegado a El Monte la noche anterior y lo primero que hicimos fue juntarnos con ellos. Cole estaba sentado al lado mío y su hermano, Levi, se encontraba a su lado jugando a videojuegos en su consola. Cole y Levi no se parecían en nada. Levi tenía el cabello de un rubio claro y los ojos verdes, mientras Cole lo tenía castaño y ojos de un marrón claro. Cole se pasaba el día surfeando mientras Levi no tenía ningún interés en el mar y prefería leer comics o jugar videojuegos.
―Deberían ir a hacerse amigos ―insistió mi padre.
―Tenemos amigos aquí ―respondí mientras masticaba mi sándwich.
Bueno, en realidad Cole tenía más amigos que yo dado que él vivía aquí y yo solo venía los veranos. Especialmente él tenía muchos amigos en la escuela de surf.
―Cole tiene amigos ―corrigió mi madre―. Tú no.
―Ryan también es mi amigo ―protesté refiriéndome al mejor amigo de Cole.
―¿El chico que parece odiarlos? ―preguntó mi padre.
Cole y yo nos miramos con una sonrisa. Sí, Ryan parecía que nos odiaba. Con su semblante serio y su cabello negro tapándole los ojos parecía que odiaba a todo el mundo, pero no era así. A Ryan simplemente le costaba socializar con los demás y sabíamos que se llevaba mal con su padre y en su casa no la pasaba bien aunque no le gustaba hablar de eso.
―Ah, ese muchacho surfea muy bien ―comentó Warren.
Era verdad. Ryan y Cole eran los mejores de su escuela de surf.
―De todas formas, pueden ir a hacerse amigos de estos dos chicos que llegaron aquí―insistió mi madre.
Negué con la cabeza.
―Cole y yo iremos a caminar por la playa para recoger caracoles, luego me tiene que acompañar a comprar pinturas y después yo tengo que acompañarlo a la escuela de surf para...
Mi madre se rio de forma burlona.
―¿Es que ustedes siempre tienen que hacer todo juntos?
Fruncí el ceño.
―Solo nos podemos ver un mes al año ―me quejé.
En realidad era un mes y una semana, dado que siempre volvíamos a Wellington la segunda semana de febrero.
―Kaia me extraña demasiado los once meses restantes ―dijo Cole con una sonrisita de satisfacción y yo lo miré mal.
―No es verdad. Los once meses restantes estoy demasiado ocupada con la escuela como para que tú te me cruces por la cabeza.
―Listilla ―murmuró.
―Idiota ―repliqué.
―¡Niños! ―nos regañaron nuestros padres a la vez.
Levi se rio. Le gustaba vernos pelear y más cuando yo insultaba a su hermano.
Warren se quedó en silencio por unos segundos mirando a Levi y luego musitó en voz baja "igual a la risa de su madre". Inmediatamente sentí a Cole tensarse a mi lado.
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Hasta el próximo verano
Lãng mạnDesde pequeña Kaia Green pasa sus vacaciones en El Monte donde está la casa de verano de sus padres. Allí se encuentran las mejores olas para surfear, los mejores batidos, las mejores fogatas en la playa. Pero, sobre todo, allí se encuentra su mejor...