{Verano de los 17 años}
Definitivamente había sido una sorpresa que Joe apareciera en El Monte antes de lo que habíamos arreglado. En teoría, había sido una sorpresa por parte de mi madre, pero sabía que ese tipo de sorpresas no eran para mi beneficio. Algo había pasado para que ella creyera que era mejor que mi novio llegara antes a nuestra casa de vacaciones. Tal vez pensaba que eso me iba a perjudicar en algún punto. Y en cierto sentido, lo había hecho.
En el momento en el que vi a Joe parado en la puerta junto a mi madre, me alejé de Cole tan rápido que no había forma de que no se malinterpretara la situación. Me odié por haber reaccionado de esa forma. Podía parecer raro que Cole y yo estuviéramos abrazados en el piso, pero me dije a mi misma que no había nada más allá de dos amigos que se estaban reconfortando. Joe tardó en entenderlo. Cuando me puse de pie y los presenté, Joe miraba a Cole con desconfianza y Cole le devolvía la mirada a Joe con el cuerpo en tensión. No sabía si era porque también desconfiaba de él o porque estaba alerta por mí después de que mi novio viera una situación que se podía malinterpretar. En ese momento, habíamos intercambiado unas pocas palabras hasta que Cole se dio cuenta de la mirada que yo le estaba echando para que se fuera. No podía explicarle a Joe que Cole solo era mi mejor amigo con Cole en la misma habitación luciendo preparado para una pelea.
Cuando logré que Cole y mi madre se fueran, me costó una hora más hacer que Joe hablara.
―¿Cómo no quieres que esté enojado? Vengo a visitarte de sorpresa y te encuentro con un tipo en tu habitación encima de él ―se quejó.
―¡No es un tipo! ―exclamé―. Es solo Cole, ¡mi mejor amigo del que te hablé! El que veo todos los veranos y conozco desde pequeña.
―¿Y desde pequeña te tiras encima de él?
Me crucé de brazos.
―Solo nos estábamos abrazando. ¡Él tiene novia! ―mentí. No iba a poner a explicarle toda la situación amorosa de Cole, pero necesitaba que entienda que él y yo solo éramos amigos.
Me costó un buen rato que Joe lo entendiera y dejara ir el tema. Nunca habíamos tenido ninguna discusión por celos, de ninguna de las dos partes. Suponía que siempre había una primera vez. Tal vez yo también me hubiese sentido así si lo encontraba de la nada con otra chica abrazados, pero no quería que tuviera inseguridades y menos por mi culpa. Así que, al otro día, cuando les hablé a mis amigos para organizar un almuerzo para que conocieran a Joe, le pedí a Cole que llevara a Sheila, pero dijo que ella tenía otro compromiso. La llevaría a la fiesta que iríamos a la noche, así que me tendría que conformar con eso.
El almuerzo con mis amigos estaba fluyendo bien. Sinceramente, en mi cabeza lo había imaginado peor de lo que estaba siendo. Me senté al lado de Joe y enfrente teníamos a Cole, Ryan y Gina. Al lado mío tenía a Matt. Estábamos comiendo tacos en un local del centro, hablando de cosas sin importancia. Bueno, Cole en realidad estaba comiendo pollo a la plancha con ensalada ya que estaba en una dieta más estricta por la competencia de surf que se acercaba. Se notaba que Cole no coincidía con muchas cosas que pensaba Joe, pero lo peor fue cuando contó que no le gustaba la playa.
―¿Cómo que no te gusta la playa? ―preguntó Cole, indignado.
Joe se encogió de hombros.
―No me gusta la arena.
Matt reprimió una risa y yo le di un codazo en la costilla.
―No te gusta la arena ―repitió Cole, mirándolo fijamente.
Miré a Cole para que dejara el tema. Él fijó su mirada en mí y ya sabía que estaba pensando que Joe era un chico pijo de los que le caían mal.
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Hasta el próximo verano
RomanceDesde pequeña Kaia Green pasa sus vacaciones en El Monte donde está la casa de verano de sus padres. Allí se encuentran las mejores olas para surfear, los mejores batidos, las mejores fogatas en la playa. Pero, sobre todo, allí se encuentra su mejor...