•「Engañar/ Mentir」•

186 11 0
                                    

╭───── • ◆ • ─────╮

• ¿A él también le haces lo mismo que a mi? ¿o  eso es solo conmigo? •
╰───── • ◆ • ─────╯

Los días eran cada vez más pesados para el joven azabache, eran las últimas semanas de la universidad por lo que para él serían las más ajetreadas y las más agotadoras.

Esa tarde Shinobu le escribió que estaría en casa de unas amigas, eso no era problema alguno, Giyu estaría en la biblioteca hasta en la tarde, tenía demasiada tarea como para irse temprano a casa, muchos de sus trabajos eran sacados de aquellos enormes libros, por lo que aprovecharía al máximo su estancia.

No es que su celular no tuviera toda la información simplemente, le gustaba ser un poco más preciso a la hora de recabar datos e información.

Unas cuantas horas más tarde, en la biblioteca había llegado su amiga Makomo junto con Sabito, ambos querían sacar al chico cuyo estrés lo estaba acabando de poco en poco.

– Vamos Giyu, desde que nos mudamos nunca quieres salir con nosotros
– Lo siento Makomo, pero de verdad necesito acabar con esto
– Giyu, acepta la invitación, te prometo que ambos te ayudaremos a que termines pronto, estar encerrado sin comer no te favorece para nada
– Ya comí algo
– Las barras de almendras con Yogurt no es una buena comida – la chica tomó una envoltura de las que tenía en su sudadera
– Chicos, no quiero arruinarle su cita, de verdad vayan sin mi – respondió apenado
– Nada de eso, tu no arruinas nada ¿Cierto Makomo?
– Giyu le prometimos a tu abuelo que te cuidaríamos, así que levanta tu trasero de ese asiento que los tres iremos a comer

Eso sorprendió a los muchachos, no pensaron que ella usara ese tipo de expresiones, ella normalmente era la más tranquila y la más amable de los tres, pero estaba comenzando a enojarse, quizás era el hambre después de todo.

Tras mucho discutirlo, ambos jóvenes llevaban arrastrando a Tomioka (él seguía apenado con ambos) a un pequeño restaurante que estaba a unas cuadras del campus, el lugar poseía una pintoresca fachada, aunque servían comida tradicional, la decoración era moderna, escogieron una mesa para 4 personas, no esperaban a nadie, pero querían tener suficiente espacio para la comida.

– ¿No es agradable? – la voz dulce de la joven resonó en los oídos de los dos hombres – ¿Hace cuando fue la última vez que no salíamos los 3?
– la última vez, fuimos a comer fue a una cafetería con temática de gatos... recuerdo que Yae casi muere porque se estaba atragantando con su bebida, debido a un pelo de gato que estaba en su cappuccino – dijo de manera seria Giyu, el ambiente se había vuelto silencioso, pero no duraron así por mucho tiempo ya que los tres comenzaron a reír.
– Recuerdo que ese día Sabito se enfermó por culpa de los panes – dijo una divertida Makomo
– Si, ese día me enferme terrible, pero todo fue gracias a ustedes dos, si no mal lo recuerdo Yae y tú nos amenazaron
– iba a ser nuestro último año juntos en la escuela – respondió algo melancólico el pelinegro – Yae no iba a venir con nosotros y quería que estuviéramos juntos los 4
– Es una lástima que su carrera este en otra parte del país... – ahora se había sumado la chica
– oigan anímense ustedes dos ella vendrá a vernos ¿No es así Giyu?
– Cierto, lo olvidaba, vendrá un par de días

Eso provoco que Makomo se levantara de su silla y comenzara agitar al pelinegro, haciendo que Sabito estallara de la risa, sabía que su novia era muy emotiva a veces.

Así se la pasaron toda la tarde, fue un rato agradable, ya tenía tiempo que ellos no habían salido juntos, realmente los amigos de Giyu tenían la esperanza de que las cosas fueran como antes, que se pudieran reunir de vez en cuando, pero la vida de adultos comenzaba a pesarles, la universidad más los trabajos, incluso la búsqueda de empleos pronto sería un dolor de cabeza.

DestrozadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora