Hace mucho tiempo, los seres humanos y bestias vivieron lado a lado pacíficamente. Pero llegó un día, en que el hombre y la bestia comenzaron a lastimarse mutuamente. A partir de esta herida no salió nada más que la guerra.
Dios estaba decepcionado...
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- Tus labios son adictivos - comentó el menor acariciando la mejilla del mayor. Los besos seguían, llegando a ser húmedos y eran acompañados de caricias.
El menor con movimientos torpes intentaba deshacerse de las prendas del mayor, el alfa al darse cuenta detiene el beso y sujeta al omega de las muñecas.
- Wonwoo. ¿Estás seguro? - se notaba la preocupación en su tono de voz.
- Mingyu, no sé hasta que punto llegaría, pero quiero intentar -
El alfa sonrió y acarició sus mejillas tiernamente.
- Si sientes que no puedes continuar, dime - Wonwoo asintió.
Mingyu se enderezó, quedando sentado en la cama con el menor sobre él, sus labios fueron besando el rostro del omega hasta llegar al cuello donde quedó tiempo olfateando su dulce aroma. Rozaba sus colmillos con suavidad, mientras escuchaba al menor respirar de manera pesada, este sintiéndose encantado con el tacto enredó sus dedos en el cabello del mayor, acariciando y piñizcando sus orejas.
Las manos del alfa se aventuraron por pasar por debajo de las prendas del omega, pasando por sus caderas hasta su pecho en donde sus pulgares le rosaban los pezones, provocando que el menor jadeara.
- ¿Todo bien, cachorro? -
- Si..., continúa -
El alfa se acomodó para poder quitarle la prenda superior al omega, quedando su torso expuesto.
- Si que tienes ganas de comerme, alfa - le sonrió el menor.
Mingyu se relamió los labios y comenzó a lamer y mordisquear desde las clavículas hasta el ombligo, el menor sentía un escalofrío recorrer su columna. Continuaba besando sus sensibles pezones, primero uno, y después el otro, dejando que el menor se acostumbrara, estando listo para parar si se lo pedía.
El alfa sabía que si tocaba algún punto clave del cuerpo del omega, haría que recordara ese horrible evento en donde casi abusaban de él. Por eso hablaba con él, avisando que iba a hacer.
- Wonu - llamó el alfa, el menor dejó de morder la oreja del mayor para mirarlo. - ¿Puedo? - el omega le encantó la mirada del alfa, sus ojos brillaban en un hermoso color dorado.
- Si, por favor - pidió
Mingyu lo recostó en las sábanas y se deshizo de sus últimas prendas, quedando ambos desnudos. El menor estaba encantado con lo que observaba, paso sus delgadas manos por el trabajado torso del alfa, haciendo que este hinchara el pecho con orgullo.
- Ven, dame un beso - extendió sus brazos.
El beso fue suave, pero iba aumentando la intensidad y su corazón se había acelerado más cuando la mano del alfa fue directo a su miembro. Al separarse por falta de aire, Wonwoo trató de que su cerebro no lo invada con los malos recuerdos de esa fiesta.
- ¿Deseas que pare, cariño? - le acomodó los pequeños mechones rebeldes que se quedaban pegados en su frente.
- No, no, continúa. Por favor -
El alfa no estaba seguro, así que con suavidad acarició sus muslos y esparcía su aroma para relajar al menor.
Wonwoo quería que Mingyu llegara con sus labios a su miembro, de sólo pensar en como el alfa satisfará en esa zona lo hacía gemir. Pero en su estómago crecía la inseguridad y un vació, que lo hacia perder la seguridad.
Las grandes manos del mayor acariciaba su miembro, subiendo hasta su glande y descendiendo suavemente, mientras dejaba besos por mi cuello. Un gemido salió de mis labios.
- M-Min... - gimió con hilo de voz - Lo siento...ya n-no puedo -
- Esta bien, cariño - le depositó un tierno beso en la frente
- De verdad, l-lo siento mucho...-
- Hey, no llores. Lo hiciste bien, cachorro. Estoy orgulloso - acarició sus mejillas limpiando sus lágrimas.
El alfa abrazaba al omega y sus aromas se mezclaban para dejar un ambiente tranquilo y relajante en la habitación, quedando en manos de Morfeo.
...
- Mi casa siempre será tu casa, no nos olvides - le abrazó Junhui - Oh, mi pequeño - comenzó a frotar su mejilla contra la del menor, haciendo que el alfa Kim le gruñera como alerta.
- Que territorial - se quejó el chino.
- No te olvides de escribirme, y si te animas ir a la plaza, me avisas - le abrazó esta vez el omega.
- Los extrañaré mucho -
Los del clan Kim subieron a los carruajes para regresar a su hogar.
Wonwoo aún se despedía con la mano a los que consideraba también como su familia. En el camino se puso al día con el alfa sobre las novedades de la mansión, de como ha estado coordinando algunas finanzas y que decidió compartir esos trabajos con su hermano.
- Mingyu, gracias por lo de ayer. Se que si lo seguimos intentando, podré llegar hasta el final -
El alfa tomó su rostro con gentileza y acarició su mejilla.
- Wonu, tenemos todo el tiempo posible para llegar hasta ese punto. No te sobre esfuerces -
Cuando llegaron a la mansión del clan, saludó a todos los que lo extrañaban. Hasta Shownu se emocionó en verlo y lo abrazó con fuerza.
- Ahora estaré más tranquilo porque Kihyun dejará de lloriquear por ti -
- Ha estado muy sensible últimamente, ¿no? - Mingyu le lanzó una mirada curiosa al otro alfa, este se quedó pensativo por un rato, mientras que el omega presente sentía que algo no estaba comprendiendo.
- Iré a hablar con él - y se fue.
- ¿Qué no estoy entendiendo? -
El alfa carcajeo y sin más lo alzó para besarlo con pasión. El menor rodeó su cintura con las piernas y sujetaba su agarre pasando sus brazos alrededor de su cuello.
- ¿No dijiste que no debería sobre esforzarme? - dijo entre besos
- Sólo podemos limitarnos a los besos y caricias - mordió su clavícula
