Hace mucho tiempo, los seres humanos y bestias vivieron lado a lado pacíficamente. Pero llegó un día, en que el hombre y la bestia comenzaron a lastimarse mutuamente. A partir de esta herida no salió nada más que la guerra.
Dios estaba decepcionado...
[ Si encuentran algún error, me disculpan. Lo llegaré a corregir después ❤ ]
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La luz del medio día se cuela por la ventana abierta hasta su rostro, el omega se oculta entre las sábanas frotando sus mejillas contra éstas cuando encuentra el aroma de Mingyu en ellas.
Extiende sus brazos en busca del cuerpo del alfa, y cuando siente el pelaje de su pecho, no evita sonreír. El alfa se remueve y queda encima del menor, hurgando su nariz por el cuello y dejando pequeñas lamidas.
- Buenos días, cariño -
- Buenos días - el omega abre los ojos y besa la nariz de su alfa - Veo que ahora te gusta amanecer transformado en bestia. -
- Digamos que a cierto omega le gusta -
El alfa paso sus manos por debajo de las prendas del omega y mostraba su intensión de aprovechar esa mañana, pero el menor lo interrumpió.
- No podemos hacerlo a estas horas, Gyu. Se despertarán -
- No se despertaron la última noche, así que...-
El alfa fue interrumpido de su habla al sentir una gran mordida en su preciada cola.
- ¡Channie! -
- ¡No puedes mantener a nuestra padre todo para ti mismo! - chilló un pequeño cachorro
- Ven aquí pequeño demonio - el alfa tomó al cachorro del pelaje y lo acomodó entres sus piernas, este no paraba de patalear y mordisquear a su padre alfa.
El omega acomodaba su espalda contra la cabecera de la cama y con la mirada estaba buscando a un cuerpo pequeño de pelaje blanco.
- ¡Binnie! Ya te vi -
La pequeña cachorra movió su colita y corrió hacia los brazos de su padre omega.
- Los dos siempre se despiertan tan temprano -
Ya habían pasado unos años. El clan Kim había sido bendecido con el nacimiento de los mellizos Chan y Yaebin. Este par de cachorros llenaban de energía la mansión y ponía nervioso al pobre Jeonghan que solía cuidar de ellos cuando sus padres estaban ocupados.
Wonwoo llevó a los cachorros hasta el salón de estudio, donde Joshua los esperaba.
- Pórtense bien, mis pequeños - el omega les dio un beso a cada uno y se fue.
Los cachorros tomaron asiento en una de las mesas y comenzaron a realizar los ejercicios que el beta les había dejado en un par de hojas, mientras que este se sentó en su escritorio a punto de comenzar con los papeleros matutinos.
- Oye Chan, si sigues mordiendo a nuestro padre te llamarán chico malo - regaño la cachorra a su hermano
- Pero...yo también quiero dormir con nuestro papá- hizo un puchero