Capítulo 20. Cambios

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Estaba teniendo el mejor de los sueños, hasta que después, sentí un rayo de sol sobre mi rostro y comenzó a ser molesto.

Lentamente abrí los ojos para acostumbrarme a la luz de la mañana. Cuando ya me encontraba media despierta, sentí que unos brazos me rodeaban.

Visualicé el pecho de un hombre también.

Ya lo recuerdo. Era Keigo-san, ayer nos quedamos dormidos después de lo que sucedió anoche.

No pude evitar sentir vergüenza por estar cuerpo a cuerpo con él. Sentí que mis mejillas comenzaron a arder más que el Popocatépetl[1] Quería salir de su agarre en cuanto antes, pero a la vez no. Sí, mi corazón latía a un nivel tan impresionante que parece que se me subirá la presión, pero se sentía bien estar tan cerca de él.

Keigo-san seguía dormido. Su respiración lenta y calmada era relajante. Decidí quedarme unos minutos más con él. Admirando tímidamente todos sus rasgos faciales con más detalle. Inundé mis pulmones con su olor, era como una pócima que me volvía de alguna forma loca.

No quería estos sentimientos de nuevo. Ahora más que nunca estoy confundida.

Había algo que también tenía que hacer hoy...

Kiuji!

Hoy íbamos a salir.

No quería despertar a Keigo-san porque parecía en verdad muy tranquilo. Casi nunca puede descansar por el trabajo.

Quisiera que durmiera apropiadamente ahora.

Decidida a dejar el paraíso, me levanté lentamente saliendo del agarre de Keigo, sin embargo; al hacer un ligero movimiento sentí que Keigo-san me atrajo más a él apretándome.

"A dónde quieres ir con tanta prisa?" Mencionó mientras abría los ojos y sonreía.

"E-Eh Keigo-san... yo solo iba a preparar el desayuno. No quería despertarte..."

Lo miré con mis mejillas algo rosadas, si no me dejaba ir me iba a volver loca.

"Hmm? No podemos quedarnos un rato más así?" Se quejó mientras se acomodó más.

"N-no... tengo hambre y apuesto que tú también. Así que déjame ir a la cocina... por favor." Repliqué bajando mi mirada hacia su pecho.

Su respiración era calmada. Y su aroma era adictivo. Creo que me estoy repitiendo. Todo es culpa de Keigo por ser así... tan... tan lindo...

Segundos después, me había soltado y se comenzó a levantar mientras se revolvía un poco su cabello.

Hice lo mismo y me dirigí al baño para cambiarme. Había dormido con la ropa que tenía puesta ayer.

"Bueno, en lo que te cambias prepararé el desayuno, te parece?" Comentó mientras tomaba de la perilla de la puerta para salir.

"Claro, gracias. Iré en unos minutos." Terminé para dirigirme al baño.

Quería cambiarme pero me sentía sucia, así que decidí bañarme mejor. Al quitarme la ropa, vi por el espejo mi espalda llena de cicatrices y acaricié delicadamente las que estaban por mis hombros. Supongo que Keigo-san debe sentir lástima de mi... y quién no lo haría?

Minutos después terminé de bañarme y me dirigí hacia la cocina.

Keigo y yo nos sentamos a comer juntos y bebimos del café dulce que ya había hecho yo.

Nos quedamos en unos minutos de silencio. Las cosas se sentían extrañas entre los dos después de lo de anoche, pero no de una mala forma.

Terminando de comer, nos quedamos un rato en silencio en la mesa. Después, escuché que me había llegado un mensaje. Al revisarlo, pude ver que era de Kiuji.

Mi Vecino Hawks  (Hawks x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora