Epílogo

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Han pasado muchas cosas que jamás pensé que viviría. Sentí emociones y sentimientos que jamás pensé que nacerían en mí. Y todo fue obra de aquel hombre alado. Un hombre difícil de comprender o saber lo que está pensando. Un pasado lleno de heridas que dejó cicatricez y no solo habló de él, sino de mí también. Mi pasado que pensé que dejarlo en el olvido sería lo mejor pero terminé mostrándoselo todo. 

Hasta ahora aún no sé cómo se siente él sobre mí, pero no tengo prisa en saberlo o deseos de hacerlo. Los complejos en nuestras vidas diarias nunca permitirían una relación entre ambos. Su línea de trabajo jamás se lo permitiría y Keigo no parece el tipo de persona que quiera una relación formal. Con solo tener su compañía soy feliz.

"Atzy-chan, qué haces?" Escuché su voz entrando por el balcón.

"Cocinando." 

"Qué cosa?"

"Yakitori." Su favorito.

"Oh!" Expresó con deleite.

"Ya está listo, vamos a la mesa." 


*Días después*


"Oh! Acaso eres... Hawks?!"

"Hmm? Ah! Por supuesto, necesita que lo ayude en algo?"

"No pensé que un héroe viviera en este humilde lugar." El ciudadano sonrío.

"Bueno, es un mundo pequeño." El hombre alado río ligeramente. 

"Cuando llegué a este lugar se me cayó la maleta en la entrada del edificio, pero una dulce joven me ayudó a levantar mis cosas..."

Atzy. Pensó el rubio. 

"Pero al hacerlo se le cayó este brazalete rosado. Podría decirme de quien es?"

"Ahh, no se preocupe. Es de mi vecina Atzy. Tranquilo, yo se lo devuelvo." El rubio tomó el brazalete en sus manos y lo metió a su bolsillo del pantalón.

"Muchas gracias, me tengo que ir." Finalizó el mayor y se fue.


El chico alado se fue a su apartamento a esperar a su vecina. Tenía la tarde libre por lo que decidió relajarse un poco en el sofá. Veía el brazalete con atención y parecía hecho con un hilo especial al igual que estaba formada por curiosos nudos. Algo que el alado no había visto hasta ahora. 

"Ahora que lo pienso... Siempre tiene este brazalete puesto. No hay día en que la vea sin el." Dijo para si mismo.

Las horas pasaron y la chica había regresado a su apartamento. Hawks al notarlo se levantó del sofá y fue a tocar su puerta. Fue recibido por la chica que mezcla muchas emociones dentro de él cada día.

"Ah, hola Keigo, pasa." Invitó.

Hawks soltó una pequeña risa haciendo que la chica pelinegra volteara a verlo confundida. 

"Qué sucede?" Preguntó.

"Es que... Antes cuando venía a verte me preguntabas si necesitaba algo. Ahora ya ni me preguntas, solo me dejas pasar como si estuviera en mi propio hogar." Sonrío.

Atzy se sobresaltó con un ligero sonrojo en su rostro volteando su mirada hacia otro lado.

"P-Pues ya llevamos tiempo conociéndonos... No debería ser extraño..." Comentó. 

"Tienes razón." Sonrío.


Los días pasan normales y los momentos parecen infinitos entre ambos. Sin embargo, Hawks comienza a sentirse diferente. Hay algo dentro de él que no lo deja tranquilo y eso es sus sentimientos por Atzy. A pesar de todo lo que han pasado, siente que hay algo que debe de hacer o más bien hay algo que quiere pero no puede decir. 

Aunque no estén juntos como pareja, él se siente feliz de estar a su lado. Ver a Atzy sonreír cada día es lo que más atesora, al igual que sus expresiones nerviosas. 

Los coqueteos, bromas, juegos, y risas seguirán en su rutina de cada día hacia la chica. Es lo que le da vida. 


Pero...Hay más.


"Oh! Si cierto. Toma." Puso en la mano de la chica su brazalete perdido.

"Oh! Ni siquiera me di cuenta que no lo tenía. Dónde estaba?" 

"Un señor que se acaba de mudar me dijo que lo encontró después de que lo ayudaras."

"Oh... Ya veo. Muchas gracias por darmelo."

"Es especial para ti?" 

La pregunta hombre alado llamó la atención de la chica. 

Atzy se quedó en silencio por unos segundos y bajó su rostro por un momento.

"Sí. Es muy especial." Pausó "Mi padre me lo dió cuando era niña. Es lo único que pude guardar de él..." Dijo con nostalgía.

"Ya veo... Es que Atzy-chan. Todos los días lo usas." Sonrío.

La chica se sorprendió al ver lo observador que podía ser el hombre alado. Se sonrojó un poco y sonrió.

"Keigo-san, hay algo que sea muy especial para ti?" La pregunta de la chica lo sorprendió.

Hawks se quedó pensando por un momento. Soltó una sonrisa.

"Si."

"Y qué es?"

"Hmm? Qué será?..." Preguntó en broma.

"Vamos dime! Y-Yo te dije lo de mi brazalete."

"Hmm...La verdad es que no recuerdo, estaba seguro de saberlo pero se me olvidó."  Excusó.

"Eh? No es justo..."  Comentó la chica mientras se daba la vuelta dirigiendóse hacia la sala.

"Tú eres lo más especial que tengo." Murmuró con una sonrisa al verla caminando.

"Dijiste algo?" 

"No. Nada." Sonrío.


Un sentimiento que no puede decir directamente, pero no se cansa de transmitirlo con acciones. Porque las acciones pueden ser más poderosas que las palabras. 

Aunque ella no sé de cuenta, con cada broma, coqueteo, sonrísa, etc., es la forma de Hawks de decirle: Te quiero.


Mi Vecino Hawks  (Hawks x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora