"Epifanía"

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¿Quién era aquél?

El que se escondía tras las coristas y nunca daba un gran papel...

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            Hasta en los más antiguos pueblos, recordaban su historia, la cual cuenta un frío amor, un amar vacío y sin gracia, que como vino, se fue...

  Había oído, las bocas de todos los que tuvo que callar ahora habían incrementado, al día de hoy solamente deseaba descansar en paz en los años que le quedaban de vida, a comparación de él, quien aun podría seguir tan fresco como la flor que era y es, pero lo mantuvo cautivo bajo sus mandatos.

  Suspiró, ¿Hace cuántos años se quejaba para sí mismo? Sabía que no habría alguna forma de cambiar el resultado que tuvo con su esposo, había sido un total enfermo en sus actos, no tenía porqué refunfuñar ante aquellos hechos.

  Además, ya no era un hombre joven de treinta y dos años como la primera vez que lo pudo abrazar, ahora mismo contaba con una edad avanzada y en sus cabellos ya casi no habían hedras negras como antes, sino que contaba con un plateado color que hacia contraste con el oscuro velo que llevaba en su rostro colgando desde su frente hasta su mentón. Su vestimenta estaba a la altura del puesto que hace años mantuvo, una larga capa de fino terciopelo oscuro y azulado, guantes de cuerina en un color similar pero violáceo, un traje magníficamente opaco en colores, junto a un bastón de madera negra bien tallado y pintado.

  A pesar de su edad, el hombre era de gran altura y tamaño, contaba con una fuerte musculatura, mientras aun con problemas en una pierna, estaba parado bebiendo lo último que quedaba en la taza de cerámica envuelta en flores negras que alguna vez le regaló su esposo, al levantar un poco su velo dejó notar una tez oscura y pulcros colmillos.

  Todavía solía recordar sus viejos tiempos, donde pudo haber cambiado todo, aquellos momentos que sino hubiera hecho tanto mal, ahora seguramente, él se encontraría feliz, al lado de otro, pero lo que más le importaba... Él llevaría aquella hermosa sonrisa que lo enamoró al pasar los años.

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   Aquellos, los mejores años de Francia a finales del siglo XIX, fueron donde empezaron a ocurrir los sucesos en el famoso "Teatro de la Ópera" una magnífica construcción donde se llevaban a cabo los más talentosos espectáculos, en los cuales se manifestaban bailarinas, cantantes, Sopranos, actores y un inmenso público, como el que tendrían en dos días para la majestuosa Pacífica Elizabeth Noroeste, la maravillosa cantante de ópera principal que aquel teatro tenía.

  Por supuesto, el lugar estaba repleto de movimiento, los bellos jóvenes de baja casta llevaban zapatillas de ballet y trajes coloridos o brillantes, los hombres igualmente, practicaban sus increibles saltos y acrobacias mientras no empezaba el primer ensayo.

  Allí, en medio de las bailarinas y bailarines se encontraban dos jóvenes hablando, uno llevaba el cabello chocolate con unos ojos celestes cielo, de cara redondeada con coloradas mejillas, su vestimenta tenía los colores de un bello pino en invierno junto a guirnaldas de plata, a su lado, se hallaba otro muchacho de cara más delgada, con ondulados cabellos ocres anaranjados, mientras que sus ojos eran de un fuerte esmeralda...

── Dipper... Esto me queda horrible..─ declaró, el muchacho de ojos verdes hablaba susurrando para que el exigente sastre, que era más un pervertido que un buen tejedor, no le escuchara. Mostrando lo corto de su vestir en tonos negros que hacían resaltar aun más su palida piel al jovencito que se hallaba a un lado suyo. ─ Ya he presentado quejas a Monsiur Woodcutter... ¡Pero él tampoco hace nada!──

El Fantasma de la Ópera ┊⇻ ❝「 The Beast × Wirt 」❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora