Lo Que Una Vez Hubo Entre Nosotros. [Adriloé]

Capítulo uno.

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Siempre creí que al ser tu mejor amiga me traería privilegios. Privilegios que, se supone nadie más podía llegar a tener.

Qué equivocada estaba.

[...]

— Chloé, ¿estás segura de esto? -La inseguridad se notaba en la voz de la linda pelinaranja, quien se acomodaba sus lentes por tercera vez.

—Claro que lo estoy Sabrina, ahora callate y pasame el marcador negro con brillantina.

La nombrada suspiro e hizo lo que se le indicó. Entregando el marcador a la rubia, quién escribió Ch.B en la carta como final con una perfecta caligrafía.

- ¿Quieres que te espere?

La blonda sacudió sus manos, satisfecha con el trabajo que había realizado. Y al ver que su amiga seguía parada en la misma posición, suspiro y volvió su mirada hacia ella.

-No - Respondió a su pregunta con desdén - Necesito hacer esto sola.

- Pero, Chloé... - Estaba preocupada, se notaba.

-Sabrina - La llamó, volviendo a suspirar. Tomando sus cosas, para guardarlas en su bolso y ponerlo en su hombro. Levantándose de su asiento, tomando el pequeño sobre dorado con sumo cuidado, como si fuera lo más importante en su vida.

Y si que lo era.

-Ya te dije que debo hacer esto sola - Volvió a pronunciar lo que dijo anteriormente.

-Lo sé pero te irás ca...-

-¡Bueno Sabrina, ya!- Y sin aguantarlo más, chilló. Haciendo que la linda chica de lentes se quedará en completo silencio y quieta.

Ambas se quedaron en silencio. La ex heroína, al ver a su mejor amiga con la cabeza agachada, rodó los ojos y se acercó a ella, para poner una de sus manos en su hombro.

-No importa cual sea la respuesta. Estaré bien, soy la gran y fabulosa, fuerte e inigualable Queen Bee ¿Lo olvidaste?- Su voz era decidida y tranquila. La de cabello corto, alzó el rostro lentamente y la abrazo.

La hija del alcalde abrió los ojos ligeramente. Sin corresponder el abrazo del todo, sólo dando unas pequeñas palmadas en la espalda, como su signo de afecto. Común en ellas, pero desconocido para los que estaban fuera de su amistad, tan... Extraña, a ojos de las demás personas.

-No, no lo olvido Chloé - Pronuncio en un leve susurro, siendo apartada lentamente por la rubia quien le dedico una sonrisa casi imperceptible, pero que la hermosa chica de lentes noto, y devolvió con alegría -Te quiero mucho Chlo.

La hermosa rubia, solo la miró unos segundos.

-Yo también, ahora larga te, se me hace tarde.

Sabrina, asintió con una linda sonrisa, tomando sus cosas para salir del aula, no sin antes desearle suerte a su mejor amiga.

Al despedirse de la pelirroja, suspiro, mirando el sobre con detenimiento.

»¿Sí lo hago, que lograré? ¿Será qué sí podrá corresponderme?«

Los pensamientos no la dejaban tranquila desde el momento en el que, había tomado la decisión de hacer esa carta tan bonita.

Apretó su mano libre, dejándola en un puño, sin importarle su manicura en ese momento. Sacudió la cabeza un par de veces, y se dirigió a la puerta para salir de ella hacía donde había planeado ir hace un par de horas.