Capítulo 5: Sorpresa.

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 “No es un monstruo” “Haechan NO es un monstruo”

Es fue lo que tuvo que haber pensado al recibir la llamada. Probablemente si se tratara de otra persona habría supuesto que estaban jugueteando entre sí. Pero al escuchar “Haechan” y un grito no pudo imaginarse nada positivo.

Quería confiar en el moreno, pero sabía que el otro veía amenazas por todos lados y al conocer la personalidad abierta de Daniel supuso que no se llevarían del todo bien.

Por lo que al entrar en la habitación para ver a Kang Daniel horrorizado y un tablero de ajedrez en la cama con un jaque mate perfecto de Haechan su alma volvió al cuerpo. De pronto sintió ganas de reír por lo absurdo que había sido él al asustarse por nada.

Los demás no decían nada, tal vez con la misma expresión del líder, desconcertados totalmente.

—Uh, ¡Tae! —Daniel se levantó para recibir a los recién llegados—. Lo siento por esa llamada, mi teléfono estaba al borde con la batería, ¿ves Haechan? —el nombrado lo miró en silencio y luego volvió su vista hacia el tablero otra vez—. Te dije que se apagaría.

—P-Pero… ¿por qué gritaste?

—¿Cómo no hacerlo? —Daniel señaló a Haechan con el dedo índice en forma de acusación—. ¡Esta es la tercera partida y no he podido ganarle ni una! Por cierto… ¿Por qué no me dijiste que tenías un nuevo chico?

A Taeyong, así como al resto, le parecía increíble que Daniel pudiera hablar de esa forma tan tranquila sobre Haechan. De cómo el moreno no le producía miedo e incluso, pudieran jugar juntos.

Luego recordó, Daniel no se guiaba de los cuentos o de las historias que le decían, él prefería descubrir por sí mismo las actitudes de sus compañeros, confiar en su criterio y no en personas que quisieran manchar el nombre de otros.

No se dejaba llevar por una primera impresión y buscaba un campo más abierto para decidir si la persona que tenia al frente merecía un buen trato. Y Taeyong supuso que eso lo descubrió el chico al jugar con el otro.

—Vamos, hablaremos en la oficina —le dedicó una sonrisa y luego vio a Haechan. También lo estaba viendo, como si esperase a que le ordenara a hacer algo, cosa de la que aún no se acostumbraba. Si él necesitaba ayuda de alguno de los chicos iría a pedírsela, nunca nadie había estado esperando como si dependiera de ello.

Daniel asintió y se despidió de Haechan con la mano para después seguir al líder. Pasó entre los demás, y al notar sus expresiones le dio curiosidad. ¿Por qué al llegar todos lo miraron con miedo? ¿Qué habían pensado para salir corriendo a esa habitación?

¿De qué se había perdido Daniel en su viaje hacia Rusia?

—¿Vienes Johnny? —preguntó el líder luego de caminar unos pocos pasos pero al ver que le otro negó con la cabeza siguió con Daniel. Y así se fueron los demás, dejando al americano con el moreno.

—Taeyong y yo hemos estado desde la mañana en el centro, supongo que los chicos no te llamaron para practicar.

Según el día, los chicos se levantaban a practicar combate cuerpo a cuerpo, artes marciales, manejo de armas o computadoras. Porque a pesar de que algunos fueran muy buenos en ciertos ámbitos, Taeyong quería que todos tuvieran un entrenamiento completo y una práctica constante.

Y con la baja de prácticas que habían tenido después de la última misión, el líder consideró que sería muy importante todos se pusieran al día.

Pero Johnny, al notar lo que Taeyong no pudo, dedujo que lo más probable es que nadie se acercaría al moreno para explicarle o tan solo decir la información que el mayor dejó en la mañana.

Emociones. (Markhyuck)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora