TN es una chica común y corriente (al menos eso cree ella) hasta que un día descubre que su padre del que nunca había escuchado antes murió, y le dejó toda su fortuna a ella su única hija, el único problema es que tiene que dejar toda su vida atrás...
Aquel día en que te conocí, le dije a todo el mundo que había encontrado al amor de mi vida. Y no me equivoqué.
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Esta historia, como cualquier otra, comienza cuando todo en la vida parece no traer cosas más allá de las predecibles.
TN despertó temprano, como ya era costumbre, pues se encontraba estudiando la universidad en la carrera de medicina, así que debía prepararse para salir a tiempo, pues sabía que la clave del éxito era la puntualidad.
TN, una chica común y corriente, al menos así era como se denominaba a sí misma.
Tez pálida, ojos rasgados (gracias a su padre) a excepción por el color, que eran como los de su madre, no eran ni grises, ni verdes, eran de un azul tan claro como el cielo, tan profundos como el océano , cabello largo y negro como el azabache, labios carnosos y color carmesí, nariz perfectamente respingada, embotellado en 1.63 de miedos e inseguridades.
Jamás conoció a su padre, toda su vida fueron su madre y ella, Y LE ENCANTABA, pero su madre nunca le había hablado de él. Cuando tuvo la edad suficiente para pedir respuestas, entendió que si su madre había decidido no hacerlo, sus buenas razones habría tenido. Aunque nunca sintió que necesitara algo más que a su madre para ser feliz, era bastante raro ser la única de sus amigas en no tener ningún dato de su procreador. Solo sabía que él y su madre se habían conocido mientras ella estudiaba en Seúl, ademas de eso, solo había sido el banco de espermas que la tenía despierta ese martes por la mañana.
TN, odiaba los martes, pasaba por las calles de (T/P) y las personas se detenían a decirse "Buenos días", ¿que tienen de buenos?
"El Martes es el peor día de la existencia" pensaba, demasiado malhumorada por haber iniciado el día lunes, y demasiado alejada del viernes, lo mejor que le podría pasar seria que el autobús que tomaba de costumbre para llegar a su facultad se estrellara y por ende, no llegara a su parada, pero no lo creía, ella nunca había tenido tanta suerte...
Todos esos pensamientos invadían su mente mientras se bebía el jugo de naranja acompañado con el desayuno que le preparaba su madre como todas las mañanas, cuando una llamada inusual resonó en sus tímpanos.
—"¿Si, diga? - respondió su madre. Mientras tanto TN prefería no darle verdadera importancia a quienquiera que hubiese estado al otro lado de la llamada, ya estaba verdaderamente ocupada analizando lo cruel de su situación al ser apenas martes. —Muy bien, gracias, ahí estará.
"Ahí estará" esas ultimas dos palabras hicieron que la mirada perdida de TN se posicionara directamente hasta dónde se encontraba su madre quien apenas se encontraba colgando el teléfono pegado a la pared.
— ¿Quién era? - cuestiono la chica, quien incluso ya había dejado su desayuno a un lado llena de intriga. Ella nunca recibía llamadas, ni mucho menos la solicitaban para que fuese a otro lugar que no fuera su facultad o sus practicas. Al no recibir respuestas por parte de su madre quien todavía se encontraba dandole la espalda a su hija, como si se encontrase en shock, la peli negra volvió a cuestionar, — Mamá, ¿quién era?
