(c) Shaft
¿Cómo es que yo, un chico, termine en el cuerpo de Madoka Kaname? ¡¿Acaso seré como el protagonista de los fanfics que leo!?
Sinceramente... espero que mi aventura tenga éxito. O tal vez yo sea quién lo arruine.
...
Los sueños de este chic...
Homura y Mami han aparecido, bien, la pelea ha terminado. -¡Mami!- Llamo la atención de la rubia, quien ya se veía mejor: la herida había desaparecido por completo. Kyoko Sakura pone una expresión de sorpresa, antes de quitarla rápidamente. -¡Tú!- Grita Kyoko. -¡¿Qué diablos hiciste!?- La pelirroja busca a Homura, pero la chica aparece detrás suyo de la nada, para confusión de Kyoko. -¿Qué...? Entiendo: tú eres esa "irregularidad" , ¿verdad?- Inquiere. -¿Qué clase de magia estás usando?- Mami apunta con su arma. -Es suficiente, su combate ha terminado.- Dice. Kyoko frunce el ceño al escuchar su voz; ¿oh? Tienen historia éstas dos, eh.
-¡Sal de nuestro camino! Sayaka se avalanza hacia la azabache, pero utiliza su escudo para darle un buen golpe en la nuca, y la de pelo azul cae inconsciente al piso, con su espada a su lado. La jaula en frente mío desaparece y aprovecho para ir hacia la inconsciente Sayaka Miki. -¿Quién diablos eres y de qué lado estás?- Pregunta Kyoko. -De los que piensan racionalmente.- Contesta Homura con seriedad (como siempre). -Estoy en contra de quienes generan conflictos innecesarios. ¿De qué lado estás: Kyoko Sakura? Kyoko se sorprende porque coño: ¿quién no estaría así cuando un desconocido sabe tu identidad? Mami alza una ceja de curiosidad y baja su mosquete.
-¿Entonces se conocían antes, Kyoko?- Inquiere Mami, mientras se acercaba. -Quizás, quien sabe.- Responde Homura con simpleza. Mami se pone al lado de la azabache, y un silencio abarca a nuestro alrededor; las chicas mágicas sólo se quedan mirando, sin hacer movimiento alguno. Hasta que Kyoko resopla. -Bueno, por hoy me retiro. -Buena decisión.- Dice Mami, mientras vigila cómo Kyoko se larga por los techos. Yo suelto un suspiro y agarro a Kyubey. -Nos salvaron... gracias...- Digo, aunque estaba más agradecida con Tomoe que con Akemi, la molestia hacia ella no se irá en un buen rato.
-¿Cuántas veces debo advertírtelo?- Me habla Homura. -¿Puedes ser tan tonta? El rostro de Mami se obscurece y aprieta el mosquete por el enojo, mientras yo finjo estar sorprendida. No lo estoy, porque me quiero aventar hacia la desgraciada. -No deberías involucrarte en esto, ya te lo he dicho varias veces. Si razonar con una tonta no funciona, recurriré a medidas más drásticas.
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