✧˖♡[One Shot's Luberto]✧˖♡

Ⅰ

/Se recomienda escuchar la música antes, después o durante la lectura/

Y allí estaba de nuevo, parado encima de aquella torre.

Solo

Bajo la luz de la luna. Eran uno de esos pequeños momentos en donde la mente no lo dejaba en paz, en donde Bruno no podía callarse y por más de que intentara la suave caricia del sueño no lo tocaba.

- Tu eres lo único que siempre está aquí ¿porque te burlas de mí de esa manera?..-

Susurró con nostalgia a la luna, acurrucandose entre sus brazos y el suave sonido de las olas del mar que tocaban una melodía que era como una canción de consuelo para su corazón, y cerró sus ojos por un segundo, sentía que si los cerraba con fuerza podría devolver el tiempo, sentir la mano de aquel castaño sobre su hombro, sentir su dulce aroma hogareño como las noches en las que lo escuchaba pacientemente hablar sobre constelaciones, sobre planetas y galaxias, aunque lo que más le gustaba de ello era distraerse viendo las "estrellas" que eran las pecas sobre sus mejillas.

Todo le recordaba a él, como si cada pequeña cosita que hubiera tocado se hubiera vuelto diferente, el fonógrafo, la torre, el mar, el pueblo, su vida. Hasta el mismo Alberto estaba marcado. Cada que veía su mano la sentía tan vacía, hasta juraba que el pueblo se veía un poco más gris y monótono...que tontería.

Y es que él sí había sido paciente, si había esperado, se había mantenido ocupado, ayudando, de aquí para allá y de allá para acá, había fingido por mucho tiempo que podía soportar eso, que estaba bien sin ese pedazo faltante de su corazón, pero después de 4 años sin nada, ni noticias siquiera, no podía más, ya esperar se había vuelto un martirio

La historia se repetía, Estaba destinado a estar solo..

- Sabes...hoy visité la cueva de la otra vez, en la que aprendí con Luca mi primera grosería, y es que ahora entiendo porque se enojaron con nosotros cuando lo dijimos..-

Había tomado la costumbre de hablarle a esa pila de rocas que habían cambiado por la estatua de la fuente del pueblo, la que tenía la cara torcida y el creativo cabello de algas que el castaño le había enseñado el primer verano que regresó.

- Estuve recorriendo las costas cerca de la isla, estoy feliz, pues desde que se corrió la voz sobre lo que pasó en la carrera los últimos meses han llegado nuevas criaturas marinas a Portorosso, tuve la suerte de ver más como yo, otros con aletas más grandes, e incluso algunos tenían raices de otros peces, como la novia de Ercole por ejemplo, es algo gracioso, el mismo que trató de cazarnos fue el que irónicamente se enamoró de una criatura marina que resulta y tiene raíces de pez gato, ¿no es divertido?..-

Una suave risa desgastada y apagada salió de su garganta, que se extinguió rapido mientras seguía hablando.

- También traje hoy de la Torre mi tesoro más preciado, ¿Smuca, sabes lo que es?..-

Sonrió emocionado por unos instantes, y abrió aquella pequeña caja entre sus manos, llena de papeles desordenados pero todos bien cuidados, como si no hubiera permitido que se les hiciera ni una sola arruga.

- Exacto...tengo cada carta ordenada según las envío, mis favoritas son las que tienen fotos o en las que dibujaba garabatos en las orillas.... En una de ellas se tomó el tiempo de dibujar me y explícarme cada parte de un telescopio...y apesar de que no entendí del todo, recuerdo que estaba tan impresionado...yo solo podía hablarle de mecánica y de los nuevos sabores que habían sacado en la heladería que no era gran cosa, creo que por eso dejó de escribirme..-

Hizo una pausa para sacar las cartas de esa cajita, como si estuviera tocando los pétalos delicados de una rosa, mientras, sin poder evitarlo una pequeña lágrima cayó por su mejilla.

- Pero sabes...no me importa, no tengo arrepentimientos si él es feliz, siempre supe que Luca estaba destinado a mucho más, y yo no podía interferir con ello, así que ahora te vengo a entregar lo último que queda de mi corazón, en agradecimiento por escucharme tanto tiempo..-

Y sus manos cansadas soltaron todos aquellos papeles que se fundieron con el agua. La tinta se deshizo, el papel empezó a desmoronarse y poco a poco lo único que había quedado eran pocos restos de las palabras que alguna vez formaron una sonrisa en su rostro.

- Porfavor..cuida bien de mis secretos, y si alguna vez por casualidad él vuelve, quiero que le cuentes todo lo que pasó últimamente, también dile que pida los helados que quiera a mi nombre, bien?..-

Y por fin se levantó y se fue como si nada, dejando atrás la caja tirada y el agua de la fuente llena de pedazos de papel, importándole un pepino que alguien los encontrará cuando saliera el sol.

Sus pies inconcientes lo llevaron por el pueblo con nostalgia hasta llegar a la estación de trenes vacía, para luego sentarse en el borde de la acera a esperar a que pasara el tren, pues lo sabía, ya no iba a ver otro amanecer.

- Silencio Bruno...-

Susurró por última vez al viento, y se dejó llevar por el sonido de los Grillos hasta que su cuerpo se rindió y cayó agotado en los rieles del tren.

[......]

Abrió los ojos aterrado, de nuevo estaba llorando, ya estaba cansado de esos malditos sueños en los que últimamente se despertaba llorando.
Se removió en la cama, secó sus lágrimas y tomó un momento para respirar, hasta que sintió a su contrario moverse también.

- Oh perdóname, ¿te desperté?..-

- No te preocupes, ¿otra vez el sueño de Ercole y el pez gato?..-

- Jajajaj algo por el estilo..-

- Bueno no pasa nada, al menos me despertaste justo para ver la luna llena, en verano se ve más bonita..-

- Si tú lo dices..-

Dirigió su mirada a esta, con ese brillo extraño, y luz llena de recelo, no le dió importancia, simplemente volvió a acurrucarse en los brazos de su esposo como cada vez que tenía una pesadilla, la suave respiración y latidos del castaño solían relajarlo como una canción de cuna, además adoraba como este solía acariciar su cabello al despertar.

- Buenas noches Lu..-

- Descansa cariño..-