Second time

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—¡Joshua! ¡Devuélveme el sobre! —JeongHan estaba molesto.

—Solo quiero ver la foto —Joshua no paraba de forcejear.

—¡DAME EL SOBRE! —sin más, se rindió y le devolvió el sobre blanco que Coups le había dado la última vez que lo había visto—. ¡Eres un idiota! ¡Te he dicho un millón de veces que no toques mis cosas!

—Solo quería ver la foto.

JeongHan se sintió culpable y se acercó a besar tiernamente sus labios.

—Lo siento, es que esa foto es especial, no me gusta que la toques —sacó la foto del sobre y se la mostró a Joshua. Estaba rasgada de ambos extremos dejando en los bordes un lado blanco.

—¿Quién te la tomó?

—No importa, solo no la toques ¿ok?

—Bien, no lo haré.

JeongHan había estado llendo los últimos ocho años al psiquiátrico por órdenes de sus padres. Según ellos lo necesitaba. Solo tenían dos argumentos, el estúpido y el falso. El estúpido era que creían que llendo al psiquiatra se "curaría de ser gay", mientras que el falso eran supuestas alucinaciones que tenía, pues JeongHan juraba que había estado hablando con un ángel. Mientras más defendía la veracidad de ambas cosas, sus padres más lo tachaban de loco.

No tenía muchos amigos y su novio, Joshua, lo era todo para él. Aún así, a veces lo odiaba. Se convertía en el ser más indeseable cuando intentaba sacarle conversación sobre aquella fotografía del sobre blanco o sobre el tal "Coups", por más que lo quisiera no le tenía la suficiente confianza para hablar.

En fin, JeongHan estaba solo, se sentía mal. Demasiado mal. Estaba destruido por dentro.

Su cabello era largo y castaño, según JeongHan le ayudaba a ocultarse del mundo.

Los días transcurrieron y su vida cada vez se notaba más gris. Mostraba una sonrisa falsa y fingía estar bien.

Esa mañana JeongHan había caminado hacia su escuela. Llevaba el sobre blanco en sus manos. En medio de la multitud pudo distinguir a su novio Joshua y lo saludó con la característica seña de amor y paz. Una luz a lo lejos lo hizo voltear. Nuevamente algo sin importancia.

Las clases transcurrieron con normalidad, nada fuera de lo común.

Esa tarde JeongHan tenía cita con el psiquiatra. Por lo que rápidamente se despidió de Joshua y se fue.

Por milésima vez JeongHan había cruzado la calle sin mirar hacia los lados, un auto había estado a punto de atropellarlo pero afortunadamente un chico lo había salvado de ese horrible final.

—¿Estás bien?

—Sí —JeongHan se encontraba algo desconcertado—, creo que sí, gracias.

—No puedes cruzar la calle así, es peligroso, puedes morir, no siempre estaré para salvarte la vida.

—Lo siento, es que llevo prisa.

—¿A dónde vas?

—Ammmm, al psiquiatra.

—¿En serio? Yo también, por lo visto vamos hacia el mismo rumbo.

1004 [ángel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora