04 ¦ For the two of us

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Todo pasó demasiado rápido, tanto que fue incapaz de verlo venir.

Chifuyu nunca se había imaginado en una situación de este tipo, principalmente porque jamás se le cruzó por la cabeza, pero tampoco sería capaz de imaginar algo así a fondo.

Un día estaba con Keisuke, con su Baji-san, como había comenzado a llamarlo Takemichi. Era un día completamente normal, ambos iban juntos a la escuela, a un paso tranquilo, entre charlas, risas y una que otra discusión sin sentido; tal y como todos los días. Pasaron el día juntos y, cuando el horario escolar acabó, fueron a reunirse con sus amigos de la pandilla.

Todo era tal y como solía ser desde hace meses.

Pero hubo un día, en que por una emergencia, Keisuke debió romper su rutina.

Chifuyu pensó en que serían sólo un par de días antes de que todo volviera a la normalidad, pero no fue así, porque ya no había forma de regresar a ello.

[. . .]

—No me esperes mañana —le dijo Keisuke.

El rubio lo miró, completamente confundido.

Ambos habían salido recién de clases, por lo que se encontraban de camino al punto que habían puesto para reunirse con sus amigos.

El invierno había llegado hace un par de días, así que los días estaban más fríos que antes. Ambos llevaban un par de paraguas y gruesos abrigos sobre sus hombros, justo por encima del uniforme escolar.

—Murió un familiar que vive casi al otro lado del país —le explicó—. Yo no iré al funeral, pero quiero ir a dejar a mi madre hasta Tokyo para asegurarme de que va a estar a salvo.

—¿Por qué hasta Tokyo?

—Van a recogerla allá, para poder ir juntos en un mismo vehículo y ahorrarse el dinero de un viaje en transporte público.

El menor asintió.

—Comprendo.

—De todos modos volveré a clases pasado mañana —se encogió de hombros—. Será sólo un día, así que no debes preocuparte.

—El que no debe preocuparse eres tú —lo reprochó—. Tu familia es más importante que cualquier otra cosa.

—Tú también eres mi familia, ¿sabes?

—Hablo de tu familia de sangre, tonto —soltó una risita.

—Aún así, sigues siendo importante.

Chifuyu sonrió, dándole una mirada de ojos entrecerrados y brillantes.

—También eres importante para mí, Baji-san.

—Voy a llamarte cuando vuelva mañana —avisó—. Para que pasemos la tarde juntos y me des tus apuntes.

El menor volvió a reír.

—Claro, lo espero con ansias.

Y entonces su día siguió tan normal como el resto de ellos. Caminaron entre risas, bromas, discusiones y regaños a encontrarse con el resto de la Tokyo Manji.

Rieron ante las provocaciones Mikey hacia Keisuke, porque siempre era divertido verlos pelear por cualquier tontería. Chifuyu se mantuvo con Takemichi, mientas que el azabache armaba competencias y discusiones con sus amigos, a las que el menor no deseaba meterse.

Todo era tan tranquilo y común que Chifuyu no quería que acabase.

Al día siguiente todo fue extraño, un poco incómodo quizás. Estaba tan acostumbrado a pasar sus días rodeados del aura ruidosa y escandalosa de Keisuke que, cuando esta desapareció tan abruptamente, no supo como reaccionar.

Faces • Bajifuyu ¦ ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora