Capítulo 4

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Me levanté como todas las malditas mañanas, con golpes en la puerta. No quería abrir los ojos y salir de la cama, tampoco quería ir a la escuela. Me quedé quieta sopesando que seguía viva, teniendo que cumplir con mi rutina de siempre, comer, escuela y dormir.
Me voltee para ver a Ann que seguía durmiendo a mi lado, me sentí bien porque se quedó conmigo toda la noche, era el único lugar seguro que tenía, aúnque no siempre había sido así, cuando empecé a vivir con ellas, Ann y yo no teníamos una buena relación, ninguna quería convivir con la otra, una vez había mencionado que tenía miedo de que yo ocupará su lugar, pero la tía había sido muy buena e hizo que nuestra relación mejorará con el paso de los meses.
Recordar eso me ponía nostálgica así que solo ignoré los recuerdos.
Me reí de Ann cuando ví el hilo de baba saliendo de su boca. Me sentí mal quejándome de mi día cuando evidentemente el de Ann no era mejor que el mío, acaba de salir de la preparatoria pero aún no había decidido que hacer con su vida, así que trabajaba, peleaba casi a diario con mi tía y aparte tenía una ex-novia muy pegajosa e irritante con la que lidiaba aún. Y eso era solo lo que yo sabía.

-Ann, tienes que bajar a pelear con mi tía, ya sabés, para que el día este completo -la movía para que se levantara pero era en vano, aúnque estaba muy segura de que ya estaba despierta y solo no quería salir de la cama, como yo-. Vamos, tienes que ir a trabajar, sal de la cama.
La empece a empujar fuera, pero no lo suficiente como para que cayera.

-Por favor Ari, déjame 5 minutos -dijo con los ojos cerrados aún, acomodance en una posición más cómoda.

-Vale, 5 minutos y vengo.

Y por fin estaba fuera de la cama, iniciando mi día con el mejor entusiasmo.
....

Iba caminando porque como todas las mañanas tenía tiempo de sobra. Escuchaba música como siempre -sin pensar en hacer otras cosas- la canción iba en mi parte favorita, así que estaba algo entusiasmada y concentrada en la letra, tarareando por fuera y gritandola en mis adentros. Pero alguien tocó mi hombro y pegue un pequeño brinquito del susto.

-¿Quien mierda... -Y no termine la frase porque al voltear en busca del causante del pequeño susto, me encontré con la tipa que menos esperaba, mi cara de enojo, paso a ser de sorpresa, para después ponerme sería. Cuando se había ido anoche no pensé que me volvería a hablar o eso esperaba yo. Me quite los audífonos esperando que hablara.

-Te estaba gritando para que me esperarás cuando te ví, pensé que me ignorabas, pero ya veo que no era así -me sonrió, iugh, se veía adorable.

-Si no los llevara igual te ignoraría -dije mientras guardaba los audífonos en mi mochila, sin pensar bien en la acción que estaba haciendo, ella lo noto y volvió a sonreír.

-Como digas

Rodé los ojos y empecé a caminar de nuevo.

-¿Qué tal tu mañana? -preguntó mientras caminaba a mi lado.

-Normal, como la mañana de cualquier persona que va a la escuela supongo. ¿Qué tal la tuya? -le devolví la pregunta.

-Gracias por preguntar -sonrió de nuevo, y está vez me fijé en los hoyuelos que se le formaban-. Bien, me levanté temprano, he salido a correr, desayuné con mamá y te encontré en el camino a la escuela.

Así estuvo todo el recorrido a la escuela, haciendo preguntas y yo contestando y devolviendo algunas, ni como cerrarle la boca, ¿por qué las personas como ella no tenían un botón para apagar o poner mute? que injusto.
...

Las clases no resultaron tan aburridas ese día. Estaba debajo del árbol de siempre, leyendo, pero observar a Ally a lo lejos, me pareció más interesante por un momento, era demasiado bonita para ser real. Se me hizo raro no verla sonriendo, estaba sería, entre ratos hacia muecas de fastidio mientras hablaba con alguien, la única vez que la ví así de sería e imponente, fue cuando la conocí. Aunque tampoco es que la conociera de hace mucho, pero ya para mí era normal asociarla a estar siempre alegre. Al parecer discutía con ese alguien, porque se dió la vuelta y dejó a la tipa algo irritada diciendo cosas que no podía escuchar, ahí como si de pronto ya no existiera. Cosa que la irritó más porque observé como hacía una mini rabieta. Voltee hacía Ally y por un momento pensé que se regresaría dónde la tipa porque paro en seco y se quedó unos segundos ahí, después se volteó y me miró, oh no, estaba disfrutando de mi paz.

Ella pareció leer mi expresión porque sonrió como si me dijera "oh sí, sabes que sí".
Me hice la indiferente y volví a continuar con el libro que estaba leyendo antes, pero la misma línea la leí unas 6 veces sin comprender que decía exactamente.

-Holaaaaaa Ari -Pronunció con entusiasmo al llegar- ¿Qué tal tus clases? ¿cómo te fue hoy? ¿No irás a casa aún?

-Bien, bien y no -pronuncié con el seño fruncido, fingiendo concentración. Seguía leyendo la misma parte sin entender una caca.

El entusiasmo por terminar el capítulo se fue desde el momento que la viste a lo lejos. Me riño mi conciencia.

-¿Siempre eres así o me lo tomo personal? -pregunto mientras me miraba con un puchero y la mano en el pecho fingiendo indignación-. Vamos, responde bien -insistió alentándome con la mano mientras se sentaba a mi lado.

Me pensé unos segundos si dejarla ahí e irme a casa o responder. Que remedio con ella.

-Estuvo bastante bien el día, las clases no fueron pesadas, incluso obtuve algunas participaciones sabes. Y no, aún no voy a casa, estaba matando un poco el tiempo, no hay nadie, así que está solitario. Ann y su mamá estarán ocupadas hoy hasta tarde, así que no me apetece llegar temprano -Voltee a verla y tenía una amplia sonrisa en el rostro.

-¿No quieres cenar sola?

-No es eso, solo no me gusta la soledad de mi casa.

-Perfecto, vamos a mi casa y pasamos la tarde juntas, yo cocino algo. Que buena amiga soy. -se llevo el cabello hacía atrás, con una expresión de "soy la mejor".

-¿Quién a dicho que somos amigas? -al momento de decir eso, me avergoncé, porque había sonado grosero, ablande mi expresión y la observé, por un momento, pensé que se iría y me dejaría sola, anulando su invitación-. Es decir... puedes ser una asesina, te acabo de conocer, jeje -Bromee torpemente.
Su sonrisa seguía ahí, intacta, y por un momento envidie esa alegría extraña que siempre emanaba. Desde que la conocí, había sido indiferente con ella, pensaba que en algún punto dejaría de insistir, pero no mostraba señales de querer hacer eso.

-Que original -dijo en el mismo tono que utilicé cuando estaba en mi cuarto, mientras me sacaba la lengua como una niñita.

-No trataba de serlo -replique.

-Buenooo...-Dijo pensativa-. Si ese es el caso, ¿quieres ser mi amiga entonces?

-Mmmm...-lo dude por un momento, pero al final acepte, quizá me arrepentía, no lo sé.- Si quiero.





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