Capítulo 2

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Abro los ojos y lo primero que veo, es una tipa que se me hace conocida frente al auto que iba a hacerme un favor, aunque parece freno a tiempo, sino ella hubiese sido.
El tipo se baja del auto y me señala con el dedo.

—Tú! ¿te crees inmortal?!

Ese era el chiste... —susurro para mí.

—¿Qué has dicho?

—Que no fue mi intención, llevaba los audífonos y no he escuchado —Digo aún en el suelo. Al tratar de levantarme unas manos tratan de sujetarme y al ver de quién se trata lo empujo con todas mis fuerzas.

—Solo trato de ayudar —Dice al ver mi reacción.

Me levanto rápido y trato de alejarme del lugar, pero tambaleo y tropiezo con la tipa, quién me sujeta por los hombros.
Y por un momento me quedo hipnotizada en el profundo gris de sus ojos y expresión sería. La observo descaradamente y me doy cuenta de quién se trata. Quizá que los dos estén aquí no es coincidencia. Trato de
zafarme e irme, pero me detiene.

—No creo que puedas irte sola —Dice afirmando su agarre.

—Si, yo creo que sí puedo —Digo tajante y me libero.

—Sino quieres que esto se repita mejor acepta la ayuda —Menciona el tipo del auto algo irritado.

—Gracias, pero me voy —Tratando de no tambalear retomo mi recorrido y los dejo ahí.

...

—¿Ahora planeas tirarte al lago?

—No eres graciosa —Digo mientras ella se sienta a mi lado—. Y claro que puedes sentarte junto a mí.

—Un gracias no vendría mal, y no sabía que aquí era de tu propiedad.

—No veo porque agradecer —Busco una hoja limpia en mi libreta de apuntes, escribo "propiedad de Ariadne" y la coloco en el espacio que había entre nosotras recargada en el árbol. Era donde siempre venía a estudiar antes de mis exámenes.

—Te salve la vida, dah —Observa mi libreta y una risita se hace presente en su rostro—. Bonito nombre, Ariadne... Yo me llamo Ally.

—Gracias por ese dato que no te pregunté —Me ve y se encoge de hombros.

—¿Así eres siempre o me lo tomo personal? estoy tratando de ser amable —Su seño se frunce un poco.

—No te pedí que lo fueras, y sí tómalo personal —Empiezo a guardar mis cosas y me levanto.

—No esperaba eso, ¿por qué?

—No tiene caso si no sabes quién soy.

—Oh, vamos, dime, tal vez pueda hacer algo para que cambies tu opinión sobre mí.

—No lo creo —La miro y me marcho.
Ella se levanta rápido y va justo detrás de mí, eso me irrita un poco—. ¿No tienes cosas que hacer?

—Nop, así que dime o no me voy.

—¿Y tus clases?

—Te buscaré después de ellas.

—Si te digo, ¿me dejas en paz?

—Trato —Dijo mientras me extendía su mano, pero no la acepte.

—Fil era mi novio.

—Oh... —es lo único que dice mientras los cablecitos en su cabeza se conectan. Y segundos después se echa a reír—. Del que sus papás no querían. —Dice mientras se agarra el estómago y se dobla de la risa—. Hace no mucho me enteré que su nombre completo es Filippo, me resulta muy gracioso.

Su risa es tan contagiosa que yo también me rio, aunque aprovecho su distracción y me voy, dejándola ahí una vez más.

Un día másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora