Little Adán

15-. Afrodita y Ares.

General pov.

-Oh⁓ pero que niño mas lindo⁓ - Decía la diosa del Amor y la Belleza, quien había estado paseando por el Olimpo, admirando las pinturas como estatuas, después de todo a ella le gustaba que inmortalizaran la belleza en los lienzos como en el mármol, estaba por visitar los jardines a tomar algo de té y admirar la flores, al menos hasta que se encontró con un pequeño en su camino.

Y no era otro mas que Adán/Usagi, la cosa mas adorable y tierna que los ojos de Afrodita hayan podido ver, su cara redonda, un bello par de zafiros que tenia como ojos, una cabellera rubia que parecía estar hecha por hilos de oro, algo que le sorprendió eran sus ropas, túnicas romanas pero estas tenían un patrón de olas y nubes, los bordes como el lazo en su cintura eran dorados, quien quiera que le haya dado estas ropas debía saber mucho de moda, le quedaba bastante bien. "Tendrá algo que ver con Poseidón... un hijo acaso", pensaba la diosa, después de todo le recordaba mucho al dios de los mares, pero a diferencia de el, el pequeño tenia una mirada mas cálida, a contraste de la mirada fría del apuesto pero bastante apático de Poseidón.

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Mientras tanto en el Panteón Hindú cierta loli tsundere, sentía una rara sensación en su ser, miro hacia arriba con la frente en alto y con una sonrisa orgullosa, pues sentía que alguien alababa su sentido de la moda, para después seguir buscando pistas de lo que secuestro a Adán.

En otra parte del Olimpo, cierto dios estornudaba y se sentía un poco ofendido, sintió que alguien le acaba de insultar su forma de ser, pero dejando eso de lado, el seguía esperando a sus sirviente le trajeran al pequeño ser de perfección... sin saber que estaba mas cerca de lo que parece.

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-Ara ara⁓, realmente eres bastante tierno pequeño conejo⁓ -Decía mientras pellizcaba ambas mejillas de Adán/Usagi, de repente el estomago del pequeño rugió- Parece ser que alguien tiene hambre, pero no te preocupes Afrodita-sama se encargara de eso⁓- Dijo para después dar un par de aplausos, sus golems entendieron el mensaje y se llevaron al par a un lugar mas... privado.

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-Aun no encuentran alguna pista o algo-. Decía un preocupado Shiva, se encontraba revisando unos arbustos.

-Nada de nada, ni rastro de Usagi o el estúpido simio que se atrevió a secuestrarlo-. Decía Rudra mientras le daba un golpe a un árbol- De donde salió esa cosa y por que se llevaría a Usagi-. Dijo molesto.

-¡¡No lo se, pero lo que si se, es que golpeare a esa cosa hasta que quede tan mal como la cara del viejo de Zeus!!-. Decía una furiosa mamá Brunhilde.

¡¡Le arrancare la cabeza!!

¡¡Yo le romperé las piernas!!

¡¡Le dislocare la mandíbula!!

¡¡Partiré su espalda en dos!!

¡¡Le sacare sus intestinos!!

Los Dioses del Panteón Hindú, como los Einherjers y las valquirias gritaban al aire sus amenazas, mientras Hércules cubría las orejas de Geir, pues empezaron a maldecir también.

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Mientras en el Olimpo Hermes, quien todavía buscaba a Adán empezó a temer un poco por su pellejo, al igual que Zeus sentía que lo insultaron, pero pensó que se trataba de su esposa Hera así que lo dejo pasar.