Secret Sword.

Sorpresas, Peleas y Lágrimas.

POV Will:
Ya habían pasado siete años desde que conocí a Ben, Daniella, Thomas, sus padres y todos los que solían ir a La Guarida. Al final, ésta se había convertido en una especie de club, formado por gente que se ganaba la vida realizando trabajos e iban allí para pasar un rato bebiendo con los amigos. Thom, como yo le llamaba, se había convertido en mi mejor amigo y Daniella en una especie de hermana. Ben era como mi padre, y los padres de Thom, Jeff y Mary, eran muy simpáticos conmigo.
Por supuesto, yo seguía odiando a mi padre y la nobleza, cada vez eran más crueles con los demás y más refinados. Incluso me obligaron a ir a una ópera, donde había un chico y una chica de mi edad. El chico era pelo naranja claro, repeinado y liso. Sus ojos eran verdes y su piel clara, iba siempre con la barbilla alta y elegante. La chica era de pelo castaño claro, corto y liso. Sus ojos, azules y verdes que resaltaban en su piel clara y cuerpo no muy alto. El chico, llamado Nick, lo odié desde el primer día. Era arrogante, egoísta y desagradecido. Simplemente, odioso. Bueno, yo era también un poco arrogante, pero lo suyo era otro nivel.

Ese chico debía entrenarse, porque nunca he conocido a alguien tan molesto.
Pero claro, era el hijo del Duque NoMeAcuerdo. Así que todos lo respetaban y halagaban. Recuerdo que incluso me quiso obligar a traerle comida, bebida y darle un masaje. Lo miré con una ceja alzada, sin poder creermelo. ¿Ese niñato malcriado estaba OBLIGÁNDOME a hacer algo?

- Te resultará raro oír esto, pero no. - respondí con la mirada seria.

- Eres inferior a mí, así que debes hacer lo que te digo.

- Dos cosas. Una: No me da la puta gana. Dos: No eres superior a mí, ni soy inferior a ti, así que relájate un poco y vete a joder a otro.

- Vaya, si no tiene pelos en la lengua. Me sorprende que tengas tanto valor como para enfrentarte a mí.

- Y a mí me sorprende que nadie te haya dicho lo subnormal que eres diciendo que eres peligroso o importante.

- Me estás empezando a enfadar. - Nick estaba preparando el puño y tenía el rostro enfadado.

- Qué gracia, sentimiento mutuo. - Me preparé yo también, entrecerrando un poco los ojos en gesto amenazante.

De repente, la chica que también tenía nuestra edad apareció por la puerta, un poco sorprendida al ver que estábamos a punto de pelearnos.

- ¡Lucy! - Nick ahora estaba sonriendo ampliamente a la chica y abría los brazos en señal de que lo abrazara. - No sabes cuánto me alegra que estés aquí.

- Os llaman para bajar al patio mientras los padres hablan y cenan. - Lucy fue cortante y evitó el abrazo de Nick.

No pude evitar soltar una pequeña risa, al ver el plantón que le había dado a Nick.

- ¿De qué te ríes, idiota?

- De ver tu éxito con Lucy. Se ve que eres un galán.

- Ejem, sigo aquí. Y no creo que tú tengas más éxito que él. Bueno, no creo que ninguno sea bueno en el tema. - Lucy me miró con una ceja alzada.

- Eh, yo sé cómo tratar a una dama. - Dije poniendo una pose elegante, mientras sonreía sarcástico.

- Claro, claro. - Estaba a punto de irse por la puerta y la cogí del brazo, parándola.

- Y para demostrártelo, seré tu pareja esta noche.

- ¿¡Perdona!?

- Así sabrás lo bien que trato a las mujeres. Pero no te enamores de mí, por mucho que cueste no hacerlo.

- Para empezar: Ni de coña voy a ir contigo de pareja. Segundo: No me enamoraré de ti sólo porque actúes una noche como mi novio. Tercero: La modestia es una virtud que deberías trabajar.