(POV: Will)
Pedí un vaso de agua a Ben, que al parecer hoy estaba ocupado ya que había micha gente en el club. Miré de reojo a Thom, que hablaba con Daniella. Daniella me dijo que le diría que ella era hija de un noble, pero no terminaba creyéndomelo, ya que Thom estaba como siempre. Se veía de lejos que a Thom le gustaba Daniella, lo descubrí cuando teníamos 10 años, al ver que no le quitaba los ojos de encima a Daniella. Bueno, ahora tampoco los quita, pero se modera. Daniella para mí era como una hermana porque se preocupa, nos ayuda, nos divertimos,... Siento cariño hacia ella pero es un amor diferente. Me bebí el vaso de agua que Ben me había puesto, mientras veía a Thom y Daniella se reían.
- ¿Estás celoso? - Ben sonrió pícaramente.
- No, ¿por qué iba a estarlo? - Lo miré indiferente.
- Porque miras mucho cuando Thomas habla con Daniella. Chaval, que el amor no os haga enemigos.
- Sólo los miro porque quiero que Daniella le diga a Thom que ella es hija de... - No pude continuar, me tapó la boca con la mano. Olía a alcohol y jabón, qué raro.
- ¿Cómo lo sabes? Y no digas nada. - Me destapó, al fin.
- La ví en una ópera, y ella me contó todo.
- Joder... Bueno no digas nada a nadie. ¿Se lo va a contar a Thomas?
- Creo que Thom se lo merece. - encojí los hombros.
- Sí supongo... - Se quedó callado unos segundos. - ¡Deja de mirarlos, pareces un acosador!
Aparté la mirada de ellos y suspiré. Supongo que tenía razón, ya era el tercer día que los observaba. Oí que la gente gritaba los nombres de los padres de Thomas. Ellos no venían muy a menudo, trabajaban en una asociación secreta o algo así. Se llamaban Jane y Robert, eran jóvenes, animados y me trataban como a su hijo. A veces tenía envidia de Thom, tenía amigos, familia, vida. Noté que Robert me daba una palmada en la espalda.
- ¿Qué tal, chaval? - Sonrió mientras pedía su cerveza.
- Bien, ¿y tú con el trabajo?
- Perfecto, limpio y productivo, como un buen trabajo.
- Cuando sea mayor ¿podré unirme a la asociación a la que pertenecéis? Trabajar como vosotros.
Robert miró a Ben, preocupado. - Emm... No es un oficio noble. Verás, Thomas ya lo sabe pero no sé si debería contártelo a ti. Quiero decírtelo pero...
- Mi opinión sobre ti no cambiará, lo juro.
Resopló. - Está bien.... Lo sabrás cuando sea el momento. - Alzó la jarra de cerveza y junto a Ben, empezaron a reír.
- Eh, no es justo. Dímelo.
- ¡Robert! No bebas más, vamos a otro trabajo, he pillado uno un poco difícil pero podremos con ello. - Le dio una palmada Jane, mientras con la otra mano sostenía el papel del trabajo.
Robert casi se atragantó, pero dejó la cerveza y salió pitando con su mujer. Ben suspiró.
- Nunca paran. Espero que no les pase nada malo. - Cogió la jarra a medias que Robert había dejado y comenzó a fregarla.
- De mayor quiero ser como ellos. - Dije serio, Ben me miró un poco preocupado pero no dijo nada.
- ¡Will! ¡Will! - Thom venía hacia mí corriendo. - Vamos al puerto, me han dicho que han traído unos pescados buenísimos y que hay poca seguridad.
- Vale. - Sonreí a mi amigo y levanté la mano para despedirme de Ben.
Corrimos hacia la salida de La Guarida mientras Ben nos gritaba que tuviésemos cuidado.
Andamos por el mercado, que estaba a dos manzanas del puerto. Había manzanas rojas, carne, especias, verdura, manzanas rojas ... Mierda, lo he dicho otra vez, pero es que tenían muy buen aspecto. Lo malo es que había muchos guardias y demasiada gente, así que nos podrían delatar fácilmente.
Cuando llegamos al puerto, había solo dos guardias, por lo tanto robamos todo lo que pudimos. Gambas, pulpo y tres pescados que no conocíamos, acabamos llevándolos.
- Vamos por los callejones, en el mercado nos pillarán. No se creerán que unos niños pobres tengan estas delicias. - Me dijo Thom al salir del puerto.
Yo asentí con la cabeza, mientras miraba, para ver si nos seguía alguien. Nos metimos por las pequeñas callejuelas del pueblo, ayudándonos el uno al otro a cargar la mercancía. De repente, oímos el sonido de dos espadas golpearse y un grito de hombre. Nos acercamos al callejón donde provenía ese grito. Entonces vimos toda la escena. Robert, asesinado y a Jane le estaban clavando la espada. El asesino estaba encapuchado y tenía una capa de cuero negro. Nos escondimos, para que no nos viera. Aproveché el momento para mirar a Thom. Tenía los ojos abiertos, como platos y por sus mejillas corrían lágrimas sin parar. Estaba pálido y le temblaban las manos. Cogí su mercancía y la dejé en el suelo, como la mía, y le abracé. No podía verlo así, era mi mejor amigo, que acababa de perder a sus padres delante de sus narices.
Salimos de nuestro escondite, para ver a Robert que se acercaba como podía a Jane, sangrando por el costado. Obviamente, nos vieron y Jane esbozó una sonrisa acompañada de una catarata de lágrimas. De repente Robert dejó de moverse. A Jane no le quedaba poco tiempo y le dió un beso en la frente a su hijo. Solté un par de lágrimas sin evitarlo. No era justo, eran de las mejores personas que había conocido. Thom cogió las armas de sus padres y las guardó en una bolsa que llevaba siempre con él.
Al volver a La Guarida, nadie dijo nada. Le expliqué lo sucedido a Ben y Daniella, que bajaron la mirada y mantuvieron el silencio. A la semana, se había enterado todo el pueblo. Thom no hablaba y odiaba que lo llamaran Thom o Thommy, excepto yo. La muerte de sus padres le marcó mucho, y se habría vuelto un delincuente si no estuviera con él. Aunque en el futuro, no fue un santo, pero eso es más tarde.
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Secret Sword.
AventureWill, hijo de un noble, odia la nobleza y conoce a un chico llamado Thomas, que es pobre. Se une a él en varias aventuras y liadas, mientras conoce en ellas a la chica que le cambiará su mundo, aunque ninguno lo sabe.