One Shots 2 // Chris Evans

∆ Champion ∆

<Campeón>
Advertencia: triste

Pertenece al mini maratón

2/5

Número 2: Mike Weiss

[Narrador omnisciente]

- Maxi - llamas con suavidad a tu pequeño - Mamá tiene que buscar unas cosas, te quedarás con papá.

Él pequeño balbucea un poco y pasas sus pequeñas manos regordetas por tus mejillas.

- Si, mi amor, papi te cuidará bien - dejas un suave beso en su frente y lo cargas.

Durante el pequeño trayecto de la habitación de Max a la que compartes con Mike se podía escuchar su conversación, cuando los ve una suave sonrisa se forma en sus labios.

Cuelga la llamada un poco frustrado, y se acerca a ustedes, tomando al pequeño en brazos.

- ¿A dónde vas? - pregunta cuando ve tu ropa.

- Iré hacer unas compras, necesito que cuides a Max mientras no estoy, cielo - le hablas y deja un suave beso en sus labios.

- oh no, sabes que no puedo - habla él y lo miras.

- Que yo recuerde si puedes, ya no te drogas ni nada, solo serán unos minutos - hablas mientras caminas a la puerta de la habitación - Los amo.

Sale de la habitación, caminado con una sonrisa triunfante en tus labios, en la habitación Mike mira un poco molesto la puerta de la habitación, soltando un bufido tratando de olvidar todo.

Luego de unos minutos Max miraba con sus hermosos ojitos, uno azul y otro café, el miraba a su padre con emoción, Mike solo se encontraba serio.

- A dormir campeón - él lo atrapa en sus brazos y trata de dormír.

Sj creciente desesperación eran latente en su mente, necesitaba hacerlo, pero con su hijo despierto no lo haría.

Max queda "dormido" y Mike lo recuesta en un sofá cerca de él, comienza a drogarse en pequeñas cantidades, de vez en cuando le daba miradas fugaces a su pequeño.

Cuando ya siente que su sistema tiene la dosis perfecta, detiene su cometido, decide ir por un vaso de agua, lo que no contaba era que Max en ese instante su curiosidad comenzará a hacer de la suyas.

Al regresar a la sala su corazón comienza a latir con fuerzas, toma a Max en brazos y las llevas de su auto, toma camino al hospital.

Luego de unos minutos en aquel lugar estabas tu y él, ninguno decía nada, en cierta parte era mejor.

No daban ningún tipo de noticia, lo que te aterraba de sobremanera.

La mirada de Mike viajaba de sus manos a ti, con nerviosismo, sus ojos estaban cristalizados, esto era su culpa.