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Siento un pitido en mi oído, abro los ojos lentamente, desorientada levantándome . Veo que las pocas personas que quedan a mi alrededor me miran con gestos de gracia en sus rostros, frente a mi hay un señor que me dedica una mirada de disculpa Mientras se aleja para bajarse, era el que estaba sentado a mi lado, que vergüenza, me quede dormida y sin querer recosté mi cabeza en su hombro la cual se estrelló contra el borde del asiento al levantarse el anciano.

Miro por la ventana disimulando la pena, ya me he pasado! Corro hacia el chofer antes de que cierre las puertas.
- perdona, me he quedado dormida y me pase la parada, podría dejarme aquí?- asiente molesto y vuelve  abrir las puertas.
Salgo a paso apresurado y me dedico a caminar hacia mi casa.
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Media hora después me encuentro abriendo el cerrojo de lo que alguna vez llame hogar.
Cómo siempre Patrick está esperándome. Nótese el enojo en su rostro, aprieta la mandíbula mientras aprieta los puños cuando me ve.
En un abrir y cerrar de ojos se encuentra frente a mi. Le ignoro y paso a su lado dirigiéndome a mi habitación a paso apresurado.

- ven acá maldita mojigata- Siena realmente furioso- vas a aprender a respeta a tu padre.- mira quien habla de respeto, el hombre que no tuvo empatía alguna cuando me maltrataba y me golpeada sin pasársele ni un momento por la mente que yo era su pequeña. La chica que iba a volar cometas con el, cuando íbamos por helado juntos. Ahora cada uno de estos recuerdos vienen con una punzada en el pecho, por lo que un día fue.

Le cierro la puerta en la cara, flopy comienza a mover la cola cuando me ve, saltando encima de mi, pero pega un brinco y se esconde bajo la cama al escuchar los constantes golpes en la madera con frases obsenas y asquerosas sobre mi. Después de unos segundos termina derribando la puerta a patadas saltando encima de mi delgado cuerpo. Propinándome un bofetón en la mejilla izquierda. Flopy no deja de ladrarle y morderle el borde de los vaqueros. Al ser muy pequeño no hace ni el mínimo daño en el sujeto que se encuentra frente a mi.

- qué carajos quieres?- las lágrimas corren por mis ojos- eh ?dime? No te basta con volverme la vida un maldito desastre?- su boca se curva en una maliciosa sonrisa.

-acaso crees que no te mereces todo lo que te pasa? Haz hecho mucho daño pequeña. Y por mucho que quieras tacharlo con gestos de victima- se acerca y puedo sentir su asqueroso aliento- ese papel no te queda-.

Me agarra del cabello y me levanta recostándome en la mesita de al lado de mi cama, de espalda hacia el. Levanta mi falda entubada y se saca la correa.

- por Courtney- me golpea una y otra vez- estás son por lo hija de puta que eres.-

Las lágrimas no cesan. Pero me mantengo en silencio, se me escapa uno que otro sollozo, pero intento disimularlo. El ardor me está matando, siento cada uno de los golpes como una daga directo hacia mi corazón.

- quiero que le pidas disculpas a tu madre- ignoro su pedido pero me golpe con más fuerza.- hazlo maldita zorra!- lloró con más fuerza, pero por muy mal que me sienta con respecto a su muerte, no lo voy a hacer. Ya ni siquiera tengo remordimiento.
Me levanta del cabello con más fuerza y me propina otra bofetada, me acerca a su cara, llevo mi mano a mi boca y siento el hilo de sangre que corre por mi labio. Sus ojos están vacíos, ya no encuentro esa tranquilidad que alguna vez me transmitieron, no hago más que agonizar en silencio.

- o le pides disculpas o el maldito perro ese va a pagar- me suelta y le propina una patada a flopy que lo deja chillando y retorciéndose en el piso. Me rompe el corazón.

- para- bajo la cabeza derrotada. Si no he denunciado esto ha sido por miedo, el me ha jurado que donde quiera que esté me encontrara, y puede hablar con respecto a muerte de mí madre.

Demuestra una sonrisa triunfante.

-Vamos haz lo que te ordeno- me empuja hacia abajo obligándome a ponerme de rodillas.

- per-perdóname madre por to-todo el daño que... eh... que eh causado- rompo a llorar. No me salen las fuerzas para soltar unas palabras más.

- suficiente, espero que con esta hayas aprendido a no desobedecer a tu padre- dice antes de marcharse, pero se detiene en la puerta.- ah y dile a la pequeña Emma que tengo una sorpresa cuando llegue por irse sin mi permiso- me lanza un beso yéndose
Pasando por encima de la puerta que yace en el piso.

Al instante corro hacia mi pequeño animal, me acerco y le abrazo mientras se queja cada vez menos.

- perdón, lo siento mucho, no quiero arrastrarte a mi asqueroso mundo, eres una criatura inocente que no merece el mínimo daño- lame mis manos y mi cara como si me comprendiera.

- espero que alguien pueda brindarte el Amor que no pude darte- No sé cómo me siguen saliendo palabras, ya no tengo fuerzas para hablar. Me levanto encaminándome hacia la gaveta de la mesita, saco las pastillas recomendadas por el doctor que me atiende.

Camino en dirección al baño, reparo mi rostro en el espejo. Tengo el labio partido y las mejillas repletas de moretones. Me desnudo. Mis costillas tienes marcas y rastros de sangre seca. Los muslos y mi trasero son un desastre de hematomas. Mi estado es deprimente. Nadie se fijaría en mi,  mi vida está perdida. Emma no me ama, he asesinado a mi madre y el único hombre que supo levantarme ante todas mis caídas se ha convertido en el monstruo más temido por mi. Solo soy un estorbo.
Ya no encuentro más opción, no hay salida, nunca escaparé de aquí. Estoy encerrada hasta la muerte. Quien va a culparme si quiero forzar el final de esto? Nadie notará mi partida. Nadie sufrirá por mi. Al contrario, por fin podré reunirme con mamá, y compensarle el daño que hice. Quisiera agradecerle a Kane por todo su apoyo en estos meses. No había notado que desde que le conocí mis pesadillas han disminuido y mi vida se había vuelto un poco más duradera.

- lo siento por no salir como lo prometí, por no sacarte adelante y vivir todo lo que te jure en algún momento, todas las esperanzas que puse en ti ya han muerto- me digo a mi misma frente a mi figura demacrada.

Mis ojos observan el pequeño recipiente que yace encima de la encimera. Mis manos tiemblan el agarrarlo, intento buscar en mis recuerdos algo para aferrarme, algo que no me permita irme de esta forma, pero no encuentro nada.
Depósito unas 25 pastillas aproximadamente en la palma de mi mano. Agarro un vaso y lo lleno de agua en el lavamanos.
Colocó una por una de las cápsulas en mi lengua. Escucho un forcejeo afuera pero no presto atención a eso, me concentro en mis reflejo, mis ojos están desbordando lágrimas de desgracias. Quizás siempre fue este mi destino.

Llevo el vaso a mis labios pasando el líquido tibio, sintiendo bajar por mi garganta la droga que apagará mi corazón. En el fondo las pastillas no me matarán. Yo ya estaba muerta desde el momento en que acabe con mi familia. De un momento a otro todo da vueltas, se torna negro. Ya no hay escapatoria. Es el final de un sufrimiento que incluso después de la muerte seguirá atormentando mi ser.
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Darkness Donde viven las historias. Descúbrelo ahora