Cap 3: DEBEMOS SALIR

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El pomo se movía hacia arriba y abajo, los golpes hacían que la puerta, incluido el mueble que la bloqueaba retumbasen.

Cada golpe hacía temblar a cada persona que se encontraba en la habitación, un paso hacia atrás, otro, otro, otro...

— Chicos, soy yo, Alice— dijo una voz extraña.

Tommy se dirige hacia la puerta sin pensarlo dos veces, pero Rebeca se lo impide.

— La voz no es de Alice— dijo ella.

— Tommy, ven aquí, no sabemos quién es— gritó Ryan.

Rebeca agarra a Tommy de los hombros y se lo lleva al final de la habitación junto a todos.

— Abrid, chicos— vuelve a decir picando a la puerta.

Las luces empiezan a parpadear, cada vez más rápido.

— ¡Abrid!— gritó una voz... ¿demoníaca?

— ¡Joder, joder...!— gritó Ryan — ¡Tengo que irme de aquí! — se puso encima de su cama y empezó a pegarle puñetazos al conducto de aire que estaba ahí.

— ¡Ryan! ¿Qué coño haces?— gritó Luke, Ryan no respondió, consiguió abrir el conducto y meterse dentro, desapareció.

Golpes cada vez más fuertes, luces que parpadean cada vez más rápido, hasta que de repente las luces se apagan y los golpes dejan de manifestarse...

Un silencio a oscuras que perpetua una eternidad, un silencio que se rompe al destruirse la puerta y cegar todo con una nube de humo.

Y en ese momento, Luke se despertó de un salto.

Respira lentamente, bueno, más bien de manera acelerada.

— ¿Estás bien?— le preguntó Rebeca.

Luke no respondía, estaba centrado en lo que acababa de suceder.

— Si...— dijo con una voz quebrada.

Rebeca se fue sin contestar hacia su cama, sacando de debajo un par de prendas de ropa para cambiarse en el baño.

— Me voy al baño, no entréis— dijo Rebeca sin esperar ninguna respuesta.

Entró y cerró la puerta.
Tommy aún seguía dormido, así que Harry le tiró un cojín haciendo que Tommy se pegue un susto.

Mientras que todos hablaban, la puerta principal se abría lentamente sin que nadie se diera cuenta. Hasta que sonó la voz de Alice.

— ¡Buenos días dormilones! ¿Ya estáis preparados para ir a desayunar?— gritó para que todos le escucharan, pero nadie respondió.
Cerró la puerta y los esperó fuera.

10 minutos después

Al fin salieron todos de la habitación, Alice se levantó de la silla en la que estaba sentada y comenzó a caminar.

Al llegar al comedor todos se sentaron en las mesas, esperando la comida.

— Oye, falta Ryan, ¿sabéis donde está?— preguntó Luke.

— Aquí no hay ningún Ryan— le contestó el supuesto mejor amigo de Ryan, Harry.

Luke estaba en shock, ¿cómo que no conocían a Ryan?

— Pero si es tu mejor amigo— exclamó nervioso.

— Nunca he tenido un mejor amigo llamado Ryan.

Harry dejó de hablar con Luke y se limitó a comer la comida que ya había llegado.

— Voy al baño— Luke se levantó de repente y se dirigió hacia la habitación.

Luke caminaba por los pasillos como si estuviera mareado, tenia un montón de preguntas en la mente, preguntas que alguien tenia que buscar las respuestas, y ese alguien es Luke.

Llegó a la habitación y se fue directo al baño para lavarse la cara, una vez hecho, salió y se dirigió hacia la puerta, justo cuando estaba a punto de abrir se escuchó una gota contactar con el suelo, y otra, otra, otra...
El sonido provenía del conducto por el cual Ryan desapareció. Luke giró su cabeza lentamente y caminó hacia el ruido. Cuando ya estaba lo suficiente cerca vio unas manchas de sangre caer al suelo.

Luke sale corriendo del pasillo tambaleándose de un lado hacia el otro, de repente lo veía todo más y más borroso. Consiguió llegar al comedor donde estaban todos cuando se desplomó. 

30 minutos después

— ¡Despierta!

— ¡Vamos, Luke!

No veía nada, solo escuchaba voces irreconocibles, hizo un esfuerzo para despertarse, no pudo, hizo otro y afortunadamente si pudo.
Se despertó de manera alarmada haciendo que todos peguen un pequeño salto del susto.

— ¿Que ha pasado?— preguntó Tom.

— En la habitación... hay sangre— respondió Luke sin poder hablar casi.

— ¿Qué? — exclamó Amy.

Todos se callaron al escuchar la frase que dijo Luke.

— ¡Es verdad, lo juro! — gritó Luke— ¡No miento!

— Luke, cálmate, seguramente ha sido tu imaginación— le respondió Rebeca.

— ¡Que no joder! — Luke se ponía cada vez más nervioso— ¡Es verdad lo que digo!

Luke estaba alterado, tanto que llegó Alice y lo durmió para tranquilizarlo.

12 horas después

Luke abrió los ojos, estaba en una habitación oscura, se levantó de la camilla ignorando el mareo.

Había oscuridad en su al rededor, de repente se escucharon unos pasos cada vez más cerca.

— Tienes que ayudarme...

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¡Hola! Cuánto tiempo hace que no publico un capítulo... Bueno, os dejo este capítulo un poco más corto. ¡Disfrutadlo!

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