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Seungkwan

Miro a mis zapatos, con las agujetas desamarradas y percudidas, todo el trayecto hasta el aeropuerto. Cuando alzo la mirada me encuentro con los ojos lastimosos del conductor a través del espejo retrovisor que, inmediatamente, regresa su vista al camino cuando ha sido descubierto.

Seokmin me da un apretón en la mano y por primera vez lo veo a él. Tampoco parece estarlo pasando muy bien; Joshua se ha ido a visitar a sus padres hace poco y yo sé que, aunque se lo calle, desearía haberlo acompañado.

Llegamos rápido. En una isla los trayectos son tan cortos como un suspiro.

Encontramos a Wonwoo cerca de la entrada. Lleva cinco maletas y estoy seguro de que tres de ellas llevan accesorios para sus cámaras.

"Habría llegado antes, pero había demasiado tráfico". Mentira. Apenas y hay coches circulando hoy, encontrarse con uno solo en el camino ya era demasiada mala suerte.

Seokmin aprieta los labios y desaparece excusándose con darnos un momento a solas. Wonwoo suspira profundo y da un paso hacia mí.

Sé que desaprovecho el tiempo a su lado, pero encararlo me parece lo más difícil que he tenido que hacer en mi vida.

"Hey, está bien", dice él soltando sus maletas. "Me alegra que hayas venido".

Claro. ¿Cómo no iba a venir por él? Por fin me encuentro con sus ojos, tan obscuros como serán los días sin su compañía. De nuevo siento ganas de llorar porque se irá mientras yo me quedaré aquí.

"No te vayas", pido entonces, siendo la persona más egoísta del mundo.

Wonwoo sonríe y acuna mis mejillas. Limpia las lágrimas que no había sentido bajar por mi rostro.

"Te prometo que volveré", dice. "Preferiría morir que vivir sin ti".

Y yo me río entre mi llanto, porque sé que exagera. "Se supone que el dramático aquí soy yo", reprocho.

Las comisuras de sus labios se alzan ligeramente y, cuando me besa la frente, cierro los ojos. Cuando los abro encuentro una de sus cámaras frente a mi.

"Tómala", pide. Enarco una de mis cejas, incrédulo.

"¿Qué?"

"La mitad de las fotos que estaban ahí las tomé para ti", admite y sus mejillas se pintan del color de la correa de la cámara. "La otra mitad son de ti, y algunas me las llevaré yo. Así puedo recordarme todos los días lo precioso que eres".

Esta vez es mi rostro el que comienza a arder. Sostengo la cámara y me doy cuenta de que pesa más de lo que solía recordar.

"Hablaremos todos los días, ¿verdad?", pregunto, y ruego porque me conteste que si.

"Hablaremos hasta que nos quedemos sin voz".

Cuando se va, es Seokmin quien sostiene mi mano. Me da un par de palmadas en la espalda antes de salir del aeropuerto diciendo que encontrará un taxi para regresar.

Arrastro los pies hasta la entrada con desánimo después de un rato. Mi amigo está cruzando la acera, cubriéndose con su palma de los rayos del sol.

Decido seguirlo yo también. Doy un paso en la calle, en el cruce pintado de blanco.

No hay nadie que sostenga mi mano cuando escucho un auto, tan cerca, que no me permite reaccionar.








no, no se murió, solamente me gustan los clichés y el drama jajsj

CaMeRa / wonkwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora