final

273 52 39
                                    

Seungkwan

Jamás había estado en Seúl antes. El sol abrasador es el mismo que el de Jeju, y por un momento me siento como en casa.

Joshua camina a mi costado izquierdo y Seokmin al derecho, pero sé que sostienen sus manos detrás de mi, y por eso sonrío cuando me miran ingenuos.

No sé cuánto tiempo ha pasado desde que desperté. Después de todo no volví a encontrar mis recuerdos, y ahora parece que mi cabeza será un rompecabezas incompleto por siempre.

Seokmin deja de caminar de pronto y se detiene frente a un bonito y alto edifico, tan blanco que lastima los ojos.

"Es aquí", dice con una sonrisa juguetona mientras sacude el folleto de la galería entre sus dedos.

Veríamos una exposición de fotografía hoy, antes de regresar a la isla. Después de eso, me iría por fin de aquel lugar donde nací y me despediría por siempre de la fría brisa de la playa.

Cuando entramos Seokmin y Joshua prácticamente me abandonan a mi suerte. Hago una mueca ante la repentina soledad, pero eso no me impide disfrutar del arte. Jamás me consideré un entusiasta de la fotografía, pero por algún motivo irónico era una cámara la que me reconfortaba todas las noches.

Las fotografías son lindas, pero hay una en particular que llama mi atención de inmediato. Es la orilla de una playa que me resulta inquietantemente familiar, las olas colisionando entre ellas, el cielo atenuado y suave.

Mis dedos encuentran por inercia la cámara que tengo colgada de mi cuello con una correa roja, esa misma que tenía más fotos mía que los álbumes familiares que mamá nos dejó a mi hermana y a mi antes de morir.

Me distraigo por sólo un segundo. Cuando apunto mi cámara a la fotografía me sorprendo de encontrar dos orbes obscuros detrás de un par de anteojos.

Separo mi rostro del dispositivo antes de poder escuchar el click, y me encuentro con una sonrisa encantadora, nostálgica, que hace que mi corazón se acelere. El intruso en mi composición me extiende una mano y yo lo miro ladeando la cabeza.

"¿Me prestas tu cámara?", pregunta.

Una vocecilla en mi cabeza, una que desconocía, es la que contesta por mi. "¿Por qué le prestaría mi cámara a un extraño?".

Sus mechones obscuros y despeinados se revuelven con el aire acondicionado del lugar, y sus ojos reflejan las luces frías de los focos a nuestro alrededor.

"Porque los extraños se ayudan entre ellos", responde, y siento tanta familiaridad en su voz que me dan ganas de llorar de pronto.

"Me llamo Seungkwan", le digo yo, como si estuviera recitando un guión planeado. "Si sabes mi nombre...", lo pienso un segundo, "si sabes mi nombre ya no soy un extraño".

Sonríe, tan triste que mi mano termina limpiando la lagrima cayendo por su mejilla izquierda. Antes de que me despegue de su toque, él me sostiene y no me permite apartarme. Mi piel arde de pronto, como si su cercanía hiciera a mi sangre hervir en anhelo. "Soy Wonwoo".

"Wonu", murmuro yo dándole un apodo, con tanta confianza como si jamás hubiéramos sido extraños, saboreando entre mis labios el nombre que se siente cálido en mi pecho.

"Me alegra haberte encontrado", dice; y aunque no comprendo qué es lo que sucede, ni por qué se acerca tanto a mi rostro, no me trato de alejar.

"¿Me habías perdido antes?"

"Te perdí una vez", me dice mientras pasa mi cabello por detrás de mi oreja para terminar acariciando mi mejilla que ha comenzado a quemar. "Te encontré por primera vez a través del lente de mi cámara. Me reconforta saber que esta vez has sido tú quien estaba detrás del mismo lente".

"Suena terriblemente triste". Mis labios se abultan en un puchero.

El entrecierra los ojos y se aparta ligeramente. Me deleito con su fino perfil, su mandíbula marcada y su nariz recta. "Mira, ahí", dice, y señala lejos, a la última de las fotografías; esa que se esconde en el rincón de la galería. Son un par de florecitas rosadas, en la orilla de una playa sobre la arena caliente, lejos, danzando en la armonía de la brisa. "Creíste que sería una buena foto".

De pronto lo recuerdo. Ah, es verdad, creí que sería una buena foto. Wonwoo me observa atento. Siento que mi aliento se me corta.

"Si", respondo por fin. "Fue una buena foto".







ojalá les haya gustado. fue un final bastante predecible (_)

igual ya quería terminar este ff para seguir publicando más historias /\

gracias por leer

CaMeRa / wonkwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora