El archiduque seguía esperando la respuesta de la sirvienta sin quitar su vista del menor quien ocultaba su rostro con el cabello por bajar la cabeza.
— ¿Y bien? — alzó la ceja. — ¿es tu nieto?
Volvió a repetir la pregunta que anteriormente había hecho, se levantó bruscamente de su asiento para acercarse a la sirvienta.
— Espera Thomas.
Dijo neha ganando que los presentes le vieran el rostro y guardarán silencio en especial el nombrado archiduque.
— No es su nieto ni nada similar es un esclavo que compre...
Fue interrumpida por el archiduque quien al solo escuchar la palabra esclavo provocó que su rostro que era tranquilo mostrará enojo.
— Sabes lo que pienso de la esclavitud, en esta mansión está prohibido los esclavos.
Dijo mientras se cruzaba de brazos y arrugaba el entre cejo estando en desacuerdo total en lo que sucedía.
— Oye tranquilo es solo un joven que he traído para que lo adoptes ya sabes porque...
— ¡¿Por qué soy soltero y no tengo hijos?! Por dios neha debiste pedirme permiso...
— Pues lo lamento, ¿okey? Solo me preocupaba por nuestro bienestar.
Hubo un silencio completamente incómodo en aquella cocina por parte de los presentes ya que ninguno planeaba decir alguna cosa hasta que el archiduque dijera algo.
Fue así durante unos cuantos segundos hasta que se escuchó el suspiro del mayor quien llevaba su mano a su cabeza.
— Lo aceptaré pero no lo adoptaré hasta que esté seguro de todo su pasado.
— ¿No crees que estás haciendo una locura?
Los ojos del mayor se trasladaron a los de su hermana menor estando completamente serio.
— Yo pienso que una locura fue comprar un esclavo sabiendo las consecuencias y no importarle.
Comento en un tono un tanto fuerte para luego comenzar a caminar a la salida de aquella cocina ya que ver la sola presencia de neha era algo que no deseaba.
Después de eso se escuchó el ruido de que la puerta era cerrada para que luego aquel lugar se inundará en un silencio incómodo.
La vista de matilde se dirigió a los ojos de neha mientras miraba como apretaba con fuerza sus labios como si deseara reprimir algo.
— Mi señora, ¿desea un poco de té?
Pregunto aquella dulce mujer de edad mientras se acercaba con pasos lentos a la Archiduquesa.
— Por supuesto creo que necesito una bebida caliente.
Respondió neha mientras se sentaba en una silla y colocaba sus manos en aquella mesa.
Después de eso la dulce mujer de cabello canoso se dirigió a la cocina para poder preparar algo de té, pero antes poso su mirada en el joven esclavo quien estaba de pie con su vista en el suelo.
— ¿Gustaría de ayudarme?
Dijo la mujer mientras tomaba en manos una tetera para que luego el esclavo moviera ligeramente su cabeza de arriba a abajo: Lo haré.
Era lo que deseaba decir
Mientras que la princesa de cabellera castaña se encontraba bebiendo un poco de té en el jardín.
Estado sin compañía alguna: excepción de los guardias que cuidaban del jardín.
No era como algo que importará mínimamente a la de ojos avellana.
Se escucharon unos pasos que comenzaban a acercarse en dirección de la noble quien alzó su vista en dirección a los pasos.
Notando la figura del futuro duque Viktor: su cabello era negro siendo sujetado por una pequeña liga ya que era largo, sus ojos eran un tanto rasgados mientras que sus pupilas eran del mismo color avellana.
— No esperaba verte Viktor.
Menciono Adrienne quien miraba al mencionado con total inferencia mientras que el mostraba una sonrisa de ironía.
— La verdad yo tampoco.
Después de eso deslizó una de las sillas hacia atrás sin hacer mucho ruido para luego sentarse en esta.
Mientras colocaba sus manos en la mesa.
— Bien...¿Que haces aquí?
— Sabes bien el porque estoy aquí.— se acercó un poco clavando su mirada en la contraria.— En algún momento su majestad morirá y por lo tanto debe haber un heredero.
— O heredera.
Agrego la femenina mientras fruncía levemente el entre cejo.
— Si también eso.— Respondió.— Pero sabes que soy elegible para heredar el imperio y tú muy bien sabes el porque.
Adrienne asintió mientras desviaba su mirada un tanto molesta cosa que noto Viktor.
— Aunque siendo realistas... Deseo profundamente una democracia si tu llegada al trono no es posible.— Se detuvo un momento.— Te apoyaré si cambias tu actitud de lo contrario simplemente haré lo deseo.
La vista de la castaña se enfocó en su contrario para luego pestañear rápidamente como si fuera un sueño lo que escucha.
— ¿En verdad lo harías?
— Así es pero si no cambias haré lo posible para bajarte de tu lugar.— Respondió con indiferencia.— También si lastimas a los plebeyos.
— Tratare de no decepcionarte.
Viktor se levantó de su lugar para colocar la silla donde anteriormente se había sentado.
— Eso espero.
— Espera...— se levantó de su lugar bruscamente.— ¿Porque veniste?
— No es de tu interés.— Se giró dándole la espalda a la noble.— Solo debo reunirme con su majestad el emperador y la emperatriz.
La noble asintió manteniendo un silencio mientras miraba como la figura de Viktor se perdía en el interior del pasillo para luego perderle de vista.
«Al menos sé que Viktor está en mi favor mientras cambie mi actitud.»
Pensó para luego volver a su asiento mientras tomaba aquella taza que se encontraba completamente vacía.
Se perdió durante varios segundos en solo ver aquella ausencia de líquido.
— ¿Y como voy a cambiar mi actitud?
Dijo Adrienne mientras lanzaba al aire aquella taza de té que con velocidad cayó al suelo rompiéndose en pedazos nada pequeños.
Pero eran lo suficiente como para hacer daño a alguien.
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La emperatriz
FantasiEl emperador jamás dió un heredero al trono siempre viendo mala la idea de que su única hija heredera el trono. Pero esto fue inevitable por más que quiso un primogénito no lo logro por su avanzada edad dejando el puesto a su única hija heredera al...