Daichi le aconseja a un confundido Tsukishima que escriba cosas sobre Yamaguchi para poder aclarar sus sentimientos.
Prólogo +10 caps + epílogo
Cr al autor de la imagen de portada.
Tsukishima necesitaba consejos. Y estaba desesperado.
Si bien nunca fue bueno con el tema de los sentimientos, era suficientemente inteligente como para saber que algo andaba mal con él cada vez que se acercaba a alguien en especial: Tadashi Yamaguchi.
Ese chico al que había ayudado y que ahora consideraba su mejor amigo, y así seguía siendo, pero desde que entraron al equipo del Karasuno no había podido evitar fijarse en su amigo de una manera distinta y ese sentimiento se había hecho más grande las últimas semanas.
Sin duda necesitaba ayuda urgentemente...pero...¿A quién podía pedirla?
Kageyama: ni en broma, se burlaría de que alguien como él necesitara ayuda.
Hinata: más de lo mismo, ni siquiera se lo tomaría en serio.
Tanaka y Nishinoya: están, para variar, babeando por la pobre Kiyoko
Suga: muy despistado.
Yamaguchi: ¿hace falta explicar?
Asahi: no parece una persona muy metida en esos temas.
Solo le quedaba una opción...
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Acababan de finalizar el entrenamiento y la mayoría ya estaba recogiendo sus pertenencias para ir a su respectivo hogar.
-Adelántate, yo tengo que hablar con alguien -susurró de vuelta.
Yamaguchi pareció extrañado pero no hizo más preguntas. Se despidió de él y se acopló con Kageyama y Hinata.
Tsukishima respiró profundamente. Pedir ayuda era una herida para su orgullo, pero era peor estar con esta mezcla constante de emociones.
Caminó hasta donde estaban Suga y Daichi conversando y se paró frente a ellos.
-Claro, podemos vernos mañan...oh, ¡hola Tsukishima! Buen bloqueo el de antes -dijo Suga sonriente.
-Daichi, tengo que hablar contigo -soltó Tsukishima ignorando completamente a la otra persona.
-Ah, claro, cuéntame -respondió este.
-A solas -comentó el rubio en un intento de echar sutilmente a Suga.
-Ah, ya me doy por aludido... Nos vemos mañana chicos.
Una vez Tsukishima y Daichi se quedaron solos, empezó la charla.
-Date prisa, ya es tarde.
-Esto...no sé cómo decirte que...
-¿¡Vas a dejar el equipo!? ¡Espero que no vayas a darme esa noticia a nada de los nacionales!
-No, no es eso...
Daichi suspiró aliviado.
-¿Qué es?
-Yo...me siento últimamente...extraño con una persona, y no sé si está bien o... -¿desde cuándo hablar le había sido tan complicado?
-¿Raro? ¿En qué sentido? ¿Romántico?
-¡¿Hah?! ¿Ro...romántico? -esa no era para nada la respuesta que Tsukishima esperaba.
Daichi solo soltó una pequeña risa.
-Me tomaré eso como un "sí" ¿y dónde está el problema?
-Yo no estoy muy seguro de...varias cosas.
-No es fácil aceptar que te gusta alguien, pero...podrías intentar algo.
-¿Qué?
Daichi cogió su mochila y rebuscó hasta sacar una pequeña libreta negra. Se la tendió y Tsukishima la agarró duditativo.
-¿Cómo me va a ayudar una libreta?
-Pensaba utilizarla para matemáticas, pero creo que a ti te hace más falta -hizo una pausa, pero al ver que el otro seguía sin entender, continuó- escribe diez cosas que te gusten de esa persona, o más si quieres. Parece una tontería pero hace que te des cuenta de lo mucho que te importa.
Tsukishima asintió lentamente. No estaba muy convencido, pero no perdía nada por intentarlo.
Con un gesto de cabeza agradeció a Daichi y acto seguido se dirigió a su casa. Normalmente lo acompañaba Yamaguchi, pero en esta ocasión tuvo que conformarse con su música.
En cuanto llegó, se encerró en su habitación, arrojó la mochila y sacó la libreta que Daichi le había dado.
La abrió, y, en la primera página, con trazos finos y desiguales, escribió en grande:
