Sus ojos. Sus pequeños y brillantes ojos.
Tsukishima no podía negar que había soñado varias veces con esos ojos, mirándole con el mismo brillo y la misma expresión que guardaban solo para él.
Le encantaba que Yamaguchi le contara cosas y experiencias que le hacían feliz solo por poder ver aquella chispa de alegría reflejada en sus ojos claros. Los había dibujado varias veces también, o mejor dicho, intentándolo, porque era imposible hacer una copia exactamente igual de ellos. Solo viéndolos en persona podías entender su encanto.
En este momento se encontraba en el descanso de clases. El pupitre de Yamaguchi estaba delante del suyo, por lo que cada vez que había un descanso, solía girar su silla para quedar frente a é y hablar un rato. Pero Tsukishima no le estaba prestando atención en ningún momento. Para variar, se estaba perdiendo en su mirada.
-¡Tsukki!
-¿Hah?
-¿Me estás escuchando? llevas un rato embobado -comentó Yamaguchi con una risa.
-Sí...estoy un poco despistado.
-Ya me doy cuenta, últimamente estás muy raro...te la pasas divagando y escribiendo en una libreta...
-Son horarios -interrumpió Tsukishima- los entrenamientos están quitándonos mucho tiempo y me estoy intentando organizarme mejor.
-Ah...pues a ver si me dejas leerlos, porque a mí tampoco me vendría mal organizarme. A penas duermo con tantos exámenes y entrenamiento -como para reafirmar lo que acababa de decir, Yamaguchi bostezó.
-Me he dejado la libreta en casa, mañana te los enseñaré -genial, Tsukishima, ahora tendrás que hacer unos horarios.
-No hace falta, ¡Debo ser independiente! -sonró Yamaguchi alzando un puño en modo de victoria.
-Se te va a olvidar y te los tendré que enseñar de igual forma, ¿verdad?
-Bueno...sí.
-Pffffff Daichi se ha pasado mucho hoy -se quejaba Yamaguchi mientras iban a su casa.
-Un poco sí -dijo Tsukishima resentido.
Y es que, durante todo el entrenamiento, cada vez que Tsukishima hablaba con Yamaguchi o estaban juntos, podía sentir la mirada de Daichi que le sonreía pícaramente, incitándolo a hablar de sus sentimientos. Tal vez debería...
-Yamaguchi, tenemos que hablar -dijo, parándose en seco.
-¿Sobre qué?
-Yo...hace un tiempo que...
Sus palabras fueron interrumpidas por la musiquilla que tenía Yamaguchi como tono de llamada. Tomó su teléfono para ver de quien se trataba
-Oh, es Hinata.
-Responde -dijo Tsukishima sin ánimos.
-Puedo llamarle luego, me ibas a contar algo.
-Olvídalo, no le he contestado los mensajes a mi hermano y debe estar preocupado. Hasta mañana.
Esta vez, los ojos de Yamaguchi reflejaban algo de decepción, pero es que la interrupción de la llamada de la mandarina parlante le había arrebatado a Tsukishima todo el valor para hablar de lo que sentía.
-Ah...vale. Hasta mañana, Tsukki -ese Tsukki no había sonado como solían sonar los otros.
Tsukishima hizo un gesto con la mano y cada uno siguió su camino, ambos decepcionados por no haber podido hablar correctamente.
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10 cosas que me gustan de Tadashi Yamaguchi.
FanfictionDaichi le aconseja a un confundido Tsukishima que escriba cosas sobre Yamaguchi para poder aclarar sus sentimientos. Prólogo +10 caps + epílogo Cr al autor de la imagen de portada.