03

66 5 4
                                    

Un día.

Langa faltó por un día al hospital, solo para poder grabar de alguna manera el viaje en la patineta, podría ser algo difícil, sino fuera porque Cherry le dió una idea durante la noche de skate.

Esa tarde Langa se dirigió al parque, dónde se enfrentó Reki contra Miya. Aquellos recuerdos de hace un año volvían de vez en cuando a la cabeza del chico.

Estaba dispuesto a empezar a patinar, cuando algo llamó su atención.

Un sonido, parecido a un llanto, provenía de un lugar cercano. Casi no había gente, tampoco autos, quizás por eso el sonido se escuchaba, aún así, él se dirigió al lugar del sonido.

Los ojos celestes del chico se asombraron. Delante de él se encontraba un chico de cabello negro, estaba sentado, abrazando sus piernas, ocultado la cara en el hueco de los brazos, mientras sollozaba.

— ¿Miya?

Él mencionado levanto la cara, estaba llena de lágrimas. Con la nariz, ojos y mejillas rojas, con algunos mocos saliendo de su nariz. Sus ojos, además de rojos y cristalinos, estaban hinchados, se vía que había llorado bastante.

El azabache rápidamente se levantó, tomó la patineta y salió corriendo. El acto llamo la atención del mayor rápidamente ¿Por qué no uso la patineta?

Corrió detrás del chico hasta que lo alcanzó, lo sujeto del brazo, obligando a que se detuviera para hablar. Pero el chico no lo miraba, le daba la espalda y no quería responder a las preguntas del mayor.

— Miya... ¿Qué te pasa? — nuevamente intento hacer hablar al niño, pero él no se veía con intensión de responder

Insistió un poco más, pero nada, ni una palabra.

Por reflejo, lo único que hizo fue atraes al menor a sí mismo, lo rodeo con los brazos por la espalda con un poco de fuerza, no mucha pero sí lo suficiente para darle calor y seguridad. El menor se soltó en llanto y empezó a tartamudear palabras que el mayor no podía entender.

Luego de un rato el chico se calmó, tomo su teléfono y se lo mostró.

--------

Joe: Miya, estás no son buenas noticias

Qué pasó con Reki?

Joe: Los exámenes, se los hicieron en la mañana, hace unos minutos nos dieron los resultados

Qué pasó? Algo malo?


Joe: Está ramificado, no existe manera de salvarlo

Lo siento

-

----

Langa apretó los puños, tratando de contener las ganas de correr al hospital. Ahora debía estar con Miya... Pero lo único que pensaba era en ir con Reki.

— Apenas recibí el mensaje me altere. Deje de asistir al hospital porque no tengo tanta fuerza para ver a Reki... Cada día se veía más delgado, más débil. No pude soportarlo... — las lágrimas, nuevamente, hacían arder los ojos del azabache — ¡ESE NO ES REKI!

— ¡NO DIGAS ESO!

El mayor no pudo ocultar su irá, estaba molesto ¿Cómo demonios Miya podía pensar eso? Era cierto que Reki estaba cada día peor, pero no era su culpa. Reki no pidió tener cáncer, no pidió que sus sueños se fueran por un caño, jamás había pedido apagarse día con día, llegó de dolor.

— No vuelvas a decir eso de él... Reki sigue siendo él mismo... ¡Lo sabrías sí fueras a verlo!

Miya se quedó en silencio, impresionado. Langa no alzaba tanto la vos, pero lo último que dijo fue con frustración, tenía mucha irá en sus palabras, realmente se había molestado por eso. El azabache solo pudo atinar a bajar la cabeza y pedir perdón.

Le confesó a su amigo que podía soportar ver a Reki desvanecer así, por eso le había pedido a Joe que le informara de lo que pasará con el pelirrojo.

Durante unas horas de charlas, y algunas lágrimas del menor, cayó la noche, Langa deseaba ir a ver Reki, pero no iría sin cumplir la petición. Sin pensarlo mucho se puso de pie en cuanto Miya se había ido, así decidió grabar su patinaje.

-------

Llegó al hospital lo más rápido que pudo, el corazón le latía fuerte por la velocidad a la que había viajado. Dentro del hospital camino un tanto rápido, sí o sí debía verlo, debía estar allí con Reki.

Quería quedarse con él.

No había forma de que está vez no estuviera con Reki, sosteniendo su mano para cuando volvieran a darle una noticia tan grave. Está vez cuando lo hicieran estaría allí, a su lado.

Una vez logró llegar a la habitación de Reki pudo notar que solo estaba Kaoru, estaba dentro de la habitación, sentado cerca de la camilla. Se encontraba leyendo, mientras él chico acostado lo observaba con un ligera sonrisa, parecía que Kaoru leía en voz alta.

Langa entró a la habitación, llamando la atención de los dos. Reki le regalo una sonrisa, por suerte ya no se encontraba conectado al respirador artificial. Kaoru también se veía aliviado, de alguna manera.

— Shadow y la madre de Reki fueron a comprar algo de comercio, ahora que llegaste también iré a comer algo — Dijo, para levantar se de la silla y salir de la habitación.

Una vez se quedaron solos el de pelo celeste se acercó.

— Traje lo que me pediste — dijo con una sonrisa suave

Saco de su mochila su laptop, se había enviado el vídeo por correo, así sería más fácil mostrárselo al postrado.

A medida que el vídeo avanzaba se vía como se iluminaba la cara del pelirrojo, aún que él nunca lo dijera era obvio que deseaba volver a patinar.
Quería sentir esa sensación de estar en el aire junto a sus amigos. Se le notaba el anhelo en sus brillantes y cansados ojos.

Langa prefirió guardar silencio. Aún sí hubiera querido hablar ¿Que diría? <<¿Qué lastima que no puedas patinar? ¿Te duele? ¿Extrañas el skate? ¿Ese día ibas a pedirme otra cosa?>> No necesitaba preguntar esas cosas, porque conocía las respuestas.

Reki repitió el vídeo, por los menos estubieron una hora viéndolo, hasta que al final decidieron ver películas. Luego una dos películas Reki quedó dormido y Langa solo lo observó, guardo su laptop... Estaba debatiendo si irse o quedarse.

Si se iba tenía miedo de que el pelirrojo se sintiera decepcionado, pero sí se quedaba le dolería verlo tirado en la camilla.

—  ¿Así que se sentía Miya?... — Susurró bajito

Jamás se podría acostumbrar a la idea de que Reki no estaría más con ellos. Ya no podrían bromear, molestar a Joe con las travesuras de Miya, fastidiar a Shadow o incluso a Cherry... Ya nada de eso podría pasar y aunque pasará no sería igual, porque ya no sería con Reki.

— Mañana dime lo que realmente querias Reki...

Tomo la mano del chico que yacía en los brazos de Morfeo, se sentó en la silla frente a él y se quedó allí, realmente no esperaba dormir, pero sin darse cuenta él mundo se había apagado.

Tomo la mano del chico que yacía en los brazos de Morfeo, se sentó en la silla frente a él y se quedó allí, realmente no esperaba dormir, pero sin darse cuenta él mundo se había apagado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El Deseo De RekiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora