Capítulo Dos

168 15 0
                                    

—¡Papá!— grito mientras me acerco corriendo a él, y por tanto a los policías que lo tienen esposado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Papá!— grito mientras me acerco corriendo a él, y por tanto a los policías que lo tienen esposado.

Antes de poder llegar, un policía me coge del abdomen para que deje de correr. Intento resistirme, así que le pego un codazo en las costillas, haciéndole soltarme para contraerse de dolor.

Salgo corriendo hacia mi padre de nuevo, mientras este me mira con tristeza y pena.

¿Todo ha acabado ya? ¿Verdad?

Dos policías vuelven a retenerme, cogiendome cada uno un brazo. Intento forcejear con ellos de la misma manera que el anterior policía, pero ahora que hay dos hombres no puedo hacer nada.

La impotencia que me provoca todo lo que está pasando y de no poder hacer nada crea un leve río de mis ojos.

—¡Papá!— vuelvo a gritar desesperada estirando mis brazos inútilmente.

¿Cómo ha ocurrido esto? ¿En qué momento nos han pillado? ¿Ha sido culpa mía?

Agacho mi cabeza desesperada por la situación, mientras formo un charco de lágrimas a mis pies.

En toda mi vida habré llorado máximo tres veces, y todas por culpa de mi madre; ya sea por su muerte o por su trato inexistente. Pero poco a poco me he hecho fuerte. Sé que mi vida no es como las demás, y menos aún fácil; el ser fuerte en nuestra situación lo es todo o nada.

Pero nunca me preparé para decir adiós a esto...

—¡Hija!— al escuchar el grito de mi padre levanto la cabeza en su dirección— ¡No digas nada! ¡No hables con nadie excepto con Yumen!— antes de que pueda decir algo más le meten en el coche patrulla.

El tono en el que grita, amenazante e imponente, me da a pensar que tiene un plan, así que seguiré sus órdenes. Siempre ha sido tranquilo, a pesar de todo lo que ha pasado en nuestra vida: la muerte de mamá, la vida de delincuencia,... Y con seguridad sé que en esta situación tampoco se alteraría, debe tener algo en mente. Pero... ¿quién es Yumen?

Me seco las lágrimas; por lo que me ha dicho tengo que ser lo más neutral posible. Seguidamente me llevan a otro coche patrulla mientras me ponen esposas.

Abren la puerta y me meten dentro sin ninguna delicadeza. Pero al contrario que a mi padre, el coche no arranca y se va, sino que dos policías de ponen en frente de mi puerta abierta. Mi primer interrogatorio, que emoción...

—Identifíquese— ordena uno de los policías, pero yo hago caso omiso— ¿Eres Yakumeno Maika, hija de Yakumeno Denko?— vuelve a preguntar, consiguiendo el mismo resultado.

Al acabar con la poca, por no decir inexistente paciencia del policía, este cierra la puerta bruscamente, para luego subirse al asiento de conductor. Seguido, el segundo policía se sienta en el asiento del copiloto.

Robando [Suna X Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora