Capítulo VII

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POV Kara

Menudo viajecito hacia RojasCorp me había dado Mon-El. Eso sí, todo profesional, debo decir. Me sorprendió su capacidad de separar lo personal de lo profesional. Aunque, después de lo que pasó al llegar, comprendí su seriedad.


- Buenos días señor y señora... - Señorita -le corregí al guardia de seguridad que nos impedía el paso.

- Señorita Danvers, Kara Danvers, y.... Mike de la revista CatCo Media -le enseñé nuestras credenciales al guardia, y, éste nos dejó pasar.

Después de pasar por seguridad y que comprobaran que no somos unos ladrones, nos dirigimos hacia los ascensores ya que teníamos que subir a la planta 69 donde estaba el despacho de Andrea Rojas, que no había otro número menos llamativo para tener el despacho que ese. Justo cuando se abrieron las puertas de uno de los ascensores, y, entramos, a punto de cerrarse, una mano interrumpe su cierre y ahí estaba...


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- William... -dije sorprendida y rápidamente eché una mirada a Mon-El que lo miraba con cara de pocos amigos. 

- Mi amor! -me contestó y se acercó con una sonrisa y me dio un corto y rápido beso en los labios.

- Ejem... -carraspeó Mon-El.

 -carraspeó Mon-El

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- Ésto... William, él es... -Mike Matthews, he oído hablar de ti -me interrumpió extendiéndole la mano en forma de saludo a lo que Mon-El se la devolvió y hubo un buen apretón de manos y hasta un duelo de miradas que si las miradas mataran, los dos acabarían matándose.

- Bueno... -ahora fui yo la que les interrumpí- venimos a entrevistar a Andrea, ¿está en el despacho?

- Sí, o eso creo, pues me ha parecido verla subir en el ascensor de al lado -dijo sin apartar la vista de Mon-El y aún con el apretón de manos. 

Si no hubiera sido porque el ascensor por fin llegó a la planta 69, hubiera sido testigo de uno de los peores combates de miradas que he visto. William se giró y me puso su mano izquierda en mi espalda, por lo bajo de ésta, casi rozando mi culo, mientras Mon-El no nos quitaba la vista de encima. A fin de cuentas, se suponía que estaba saliendo con William, así que debía poner mi mejor cara, además de sacar mi lado profesional, y, evitar miradas incómodas por parte de los empleados de RojasCorp, que ya estaban empezando a mirar la escena que se había formado gracias a William y Mon-El. Por si fuera poco, dos nuevos escenarios se hacían enfrente, digo dos, porque no me esperaba el primero, antes del segundo que era el encuentro con Andrea. Kelly Olsen, venía hacia nosotros hablando por teléfono.

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