Después de lo sucedido Shigaraki no volvió a subir mas en persona. El único que me traía de comer era Dabi, el chico de las llamas azules.
Al principio me rehusaba a comer en presencia de él, ya que mi intención era verificar de donde adquirían los alimentos para orientarme del lugar donde me encontraba. Cualquier minima pista servìa. Recordaba muy bien el mapa de la ciudad gracias a los entrenamientos de la academia, cuyos espacios se diseñaban acorde al diseño de las vias, edificios y àreas de esparcimiento de Tokio. Sin mencionar que debido a que solia estar mucho tiempo con Hawks, recordaba cada rincon marcado como zona de alto peligro en el mapa digital sobre su escritorio, el cual usaba como registro de casos para posteriormente otorgarle la información a la policia.
Asi pasaron aproximadamente 3 días, era dificil si era de día o de noche al no tener ninguna ventana en la habitación. Al buscar pistas lo único que había logrado saber era que los alimentos procedian de la empresa que tenia mayor cantidad de tiendas en toda la ciudad, por lo que no podia estar segura de la ubicacion de una en especifico. Tenia que obtener un producto que únicamente se adquiera en un mismo lugar.
"Piensa. Piensa. ¡Piensa!"
Necesitaba ver a Shigaraki.
Si me ponía exquisita con la comida y les pedía algo en especifico podrían solo ignorarme, y si les digo que estoy enferma, tan solo traerían la caja de primeros auxilios y me tratarían por sí mismos. O en el peor de los casos, se darían por vencidos conmigo y me teletransportarían cerca a la ciudad con ayuda de Kurogiri, dejándome a mi suerte.
Aunque...que tal intento mencionando "eso".
—Oye. Flamas.
— ¿Qué mierda quieres?
—Me siento mal...aquí abajo—digo señalando mi vientre con mi dedo indice mientras que con mi otra mano me comienzo a dar masajes en circulos— ¿Si sabes a lo que me refiero?, ¿verdad?
Cambio de posición para apoyarse de costado contra la pared e inspeccionarme mejor. Por su mirada podía intuir que le importaba poco o nada el verme agonizando de dolor por mi "reciente" periodo menstrual.
¿Tal vez mi actuacion no era del todo convincente?
Comencé a encogerme en el piso y hacer muecas de dolor . Dabi tenía que irse para poder ver a Shigaraki, necesitaba poder estar a solas con él para poder obtener información de su próximo objetivo.
Ademas...
Ese día no pude olvidar porqué me sentí así al verlo, ni él al verme.
Podia intuir que Dabi era el chico de los recados. Solo hacía falta el último acto para que funcione a la perfección el plan: activar mi don en él. Su expresión no cambia al principio pero luego se cubre la cara arrugando la frente al mismo tiempo que exhala aire con fuerza como si estuviera agotado.
Bingo!
Lo genial es que cuando activo mi don, soy capaz de manejar el nivel de intensidad del sentido a emitir que la persona no puede saber que está bajo mi merced.
—No te creo
"¿Qué?"
—Oye, hablo muy en serio, no quieres saber cómo me pongo en esos días
— ¿Ah si?— el sonido de sus pasos acercándose es lo único que se oye en la habitación— ¿Crees que me interesa saber eso?
Me inspecciona de pies a cabeza con esa cara inexpresiva que tiene y maldice.
—Llamaré a Toga para que te revise, pero antes...
Desde arriba, la silueta de Dabi me hace sombra. Se mete las manos a los bolsillos y saca un chupetín de mora azul. Lo identifiqué por el color de la cubierta. Se deshace de la envoltura e introduce el caramelo en la boca saboreandolo exageradamente. Parece estar provocandome con el fin de hacerme perder los estribos y exponer mi mentira.
ESTÁS LEYENDO
Sentidos
FanfictionEn un mundo donde el don que poseas es el que te hace notar y los crímenes son más urgentes de atender en cada rincón de Japón, la carga por cumplir las expectativas de ser la hija de All might es demasiada y suplicas al cielo por hallar una salida...