Rey de los Encantamientos

III

Harry Potter había tenido un mes tranquilo donde los Dursley le habían dejado a un lado y no le habían hablado mucho con él, le dejaron en la estación donde se encontró con la familia Weasley y fue de camino a su nuevo colegio, Colegio Hogwarts de Magia y Hechizeria.

Ahora mismo estaba viendo como las puertas se abrían para que la profesora McGonagall, alguien con viendo solo la expresión facial Harry supo que era alguien con quien no quiera tener problemas.

— Los de primer año, profesora McGonagall — dijo Hagrid

— Muchas gracias Hagrid — dijo McGonagall agradecida — Yo los llevaré desde aquí —

Entrando en el vestíbulo era tan grande como para meter la casa de los Dursley dentro. Harry como todos los de primeros siguieron a McGonagall por un camino de piedras que estaba señalado donde la profesora McGonagall les llevó a un habitación vacía donde cientos de voces salían de la habitación continua.

— Bienvenidos a Hogwarts — dijo la profesora McGonagall — El banquete de comienzo de este año empezará dentro de poco, pero antes de que creéis vuestros lugares en el Gran Comedor debería ser seleccionado para vuestra casa. Ya que van a ser vuestra familia para los siete años que vais a estar estudiando en Hogwarts. Tendréis clase con el resto de la casa que os toque, dormiréis en los dormitorios de vuestra casa y pasaréis el tiempo libre en la sala común de la casa. Estas casas son Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin ... —

La profesora terminó de explicar para pasar su mirada por la grada de niños de primer año solo pudo fruncir el ceño viendo las caras de cada niño, en la capa de Neville que estaba atada y en la mancha de la nariz de Ron, con nervios Harry intentó aplastar su cabello.

— Volveré cuando tengamos todo prepara... —

— ¡VIEJA! — escucharon el grito de un niño para que todos miraran desde la puerta el pelo rubio puntiagudo y desordenado, ojos azules brillando con gracia y una sonrisa que parecia que habia hecho algo mientras tenia las ropas nuevas de Hogwarts — Creo que tengo un problema —

— Naruto — podía escuchar la furia y la afección que tenía la profesora cuando lo dijo mientras que se encaminaba hacia a el niño — ¿Qué has hecho ahora? —

— Puede que el gato del viejo Argus no atienda la comida y él me esté buscando por todo el castillo —

Un suspiro de la profesora se hizo escuchar — Me ocuparé Naruto — dijo mientras daba una gran respiración intentando tranquilizarse — Por favor, esperad tranquilos aquí, TÚ también Naruto —

El niño rubio solo dio una sonrisa mientras asentía con la profesora solo saliendo de la habitación dejando a todos los niños en la habitación. El rubio miró por todos lados para que una sonrisa saliera mientras se dirigía hacia un lado donde estaba un niño de pelo marrón ojos azules que solo miraba al suelo que solo subió la cabeza cuando Naruto le dio un palmada en la espalda.

Fue extraño como se presentó el niño rubio, no le había visto cuando bajó del tren, ni en este, y luego habla a una profesora como si fuera alguien que conociera de toda la vida.

Harry solo pudo tragar saliva con dificultad mientras cogía una respiración para tranquilizarse con una pregunta en su mente — ¿Cómo se las arreglan exactamente para seleccionarnos? —

— Creo que es una especie de prueba. Fred dice que duele mucho, pero creo que era una broma —

El corazón de Harry dio un salto, ¿Una prueba? ¿Delante de todo el colegio? Pero él no sabía nada de magia cómo le iba a pasar y más cuando justo acaba de llegar a la escuela. Mirando alrededor vio que los demás estaban temblando, bueno todos menos el niño rubio de antes y el moreno que parecía no pensar nada más que en la conversación que tenían los dos donde solo había asentimientos y unas risas.