- Por favor permíteme ser yo quién te salve...
Las lágrimas bañaban sus rosadas mejillas causa del llanto, trataba de alcanzarlo pero sus manos apenas y podían rozarse.
- Solo quiero que todos estén bien, peor no puedo, no puedo cargar con tanto pes...
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Ambos rubios que se mantuvieron mirando con algo de gracia la escena de ambos jóvenes, veían divertidos como el rubio se removía tratando de soltarse del agarre de la fémina, escuchando las incoherencias que gritaba el rubio al no ser escuchadas sus demandas departe de la peli ____.
- Oye Ken-Chi.
Hablo el rubio de baja estatura a un con la mirada fija en ambos chicos que se alejaban junto con un grupo de hombres vestidos de traje.
- No me llames así con ese estúpido apodo.
Hablo con fastidio el de tatuajes observando de reojo a su amigo y volviendo su mirada al grupo frente a ellos.
- Ken-Chi.
Insistió el más bajo, provocando que una vena se le marcará al mayor por la rabia.
- Que mierda quieres ahora?.
Reclamo el más alto mirando a su amigo con sumo fastidio, era claro lo que quería pero tenía que escucharlo de lo contrario estaría molestándolo todo el día.
- Me da curiosidad esa chica, siento que la e visto antes.
El de tatuajes miro curioso a su amigo, ya que el chico no solía llamarle la atención las mujeres y el verlo mostrar un leve interés por alguna lo llena de curiosidad.
- Ahora en qué estás pensando idiota?.
Reclamo curioso el de tatuajes, desde que habían llegado había notado el leve interés por la chica que lo había golpeado, algo que debía de admitir es la admiración y determinación de la jovén, no todo el mundo es tan valiente para enfrentarse a ellos y menos una mujer.
- Quisiera saber más de ella, además quiero saber más de ese rubio, ambos llaman mucho mi atención.
El más alto solito un suspiro y sonrió de manera inconciente a su amigo, algo a lo que el estaba acostumbrado es lo predecible que podría llegar a ser el rubio de baja estatura.
Estuvieron observando un rato al grupo que discutía temas que al parecer llamaron la atención de ambos dejándolos con más intriga, se quedaron observando hasta que el auto se perdió de vista, unos quejidos de dolor llamo la atención de ambos.
Ambos se giraron sobre sus talones para observar como Kiyomizu se levantaba con dificultad del suelo, aún escupiendo un poco de sangre, ambos rubios miraron fijamente los movimientos del pelinegro, Kiyomizu con dificultad se puso de pié sin haber notado la presencia de sus superiores.
- Entonces tu eres que organiza estás peleas?.
Hablo de forma sería el más bajo mirando fijamente al pelinegro, quien lo miro algo sorprendido, no dijo nada y trato de hacer una reverencia, inclinado un poco la cabeza, acto que fastidio al más alto y sin pena le dio una parada en el abdomen para que hiciera una reverencia como es debido.
