- Por favor permíteme ser yo quién te salve...
Las lágrimas bañaban sus rosadas mejillas causa del llanto, trataba de alcanzarlo pero sus manos apenas y podían rozarse.
- Solo quiero que todos estén bien, peor no puedo, no puedo cargar con tanto pes...
(aclararé que en esta historia el tiempo de los sucesos que ocurren en el anime serán diferentes en esta historia junto con modificaciones entre otras cosas, lo digo por si se confunden con lo que susede en la historia).
Narrador onmisiente
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Ya habían pasado algunas semanas desde que el grupo de jóvenes y ____(T/N) se conocieron, volviéndose amigos de forma instantánea, ____(T/N) había adoptado a Takemichi como su mejor amigo de forma rápida, la razón solo ella lo sabía, aún que el rubio al principio no le tomo mucha importancia pero con el tiempo sentía la curiosidad de preguntarle, después de todo la joven tenía un gran mando, lo que llenaba de intriga a Takemichi.
Era una calurosa mañana de verano, la poca luz que se filtraba por las oscuras cortinas fue suficiente para despertarla, era otro día monótono para ella.
Con pereza se levantó de la cama, miro con detalle la amplia y lujosa habitación en donde se encontraba, a un habían vagos recuerdos de lo que fue su niñez, centro su mirada en una de los muebles que estaban al costado de su cama, sonrió con ternura al ver la fotografía que se encontraba sobre este.
Ya había pasado seis años desde que el ya no estaba y para ella era duro de superar aún, después de todo no tiras cinco años de tu vida así de fácil.
Se levantó de la cama y se dirigió al amplió armario (guarda ropas, clóset, como le conozcan ustedes), y saco un par de prendas, de las cuales habitualmente usa.
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Si el estilo victoriano era uno de sus preferidos a un que no suele vestir así, amenos que no sea para estar en casa, ya que la elegancia que ella mostraba era digna de una verdadera princesa.
Elegante así debe de ser la líder de los Yakusa, la mafia más grande de toda japón, pensaras, solo es una niña de dieciséis años, que hace dirigiendo una mafia?.
Esa misma pregunta era la que ella suele hacerse a menudo, pero después de todo ella la había heredado al acabar con la vida de su propio padre, el líder legitimo.
