Narrador onmisiente.
- PADRE DETENTE POR FAVOR, NO QUIERO, NO QUIERO LLEVARLA.
Gritaba las pequeña con desesperación mientras pataleaba tratando de liberarse de las cadenas que aprisionaban sus pequeñas manos.
- Deja de lloriquear, que una deidad no se debe mostrar débil ante nadie!.
Grito el peli negro con irá mientras miraba a su pequeña hija tratando de liberar sus manos, estaba boca a bajo con la espalda completamente desnuda, se removia con desesperación.
- NO QUIERO SER LA DEIDAD, POR FAVOR DÉJAME!.
Gritaba la pequeña entre lágrimas, lastimando así la piel de sus manos al trar de escapar, un intento fallido de su parte, el hombre solo la observo y le indico con una seña al sujeto frente a el que comenzará.
La pequeña grito al sentir las agujas penetrar la delicada piel de su desnuda espalda, el peli negro solo se quedó observando como el hombre comenzaba a tatuar la espalda de la menor, siendo está perforada de forma lenta por la aguja, dejando así un pequeño camino de sangre con cada perforación, cada punzada inyectaba la tinta pigmentado de está forma la blanca piel de la femina.
La pequeña poco a poco dejo de gritar de dolor, sus ojos están abiertos de forma exagerada derramando lágrima trás lágrima, el peli negro simplemente sonrió al ya no escuchar los gritos suplicantes de la menor.
- Ya veras que ser una deidad no es nada malo mi pequeña princesa, serás la mejor líder de está mafia, la mejor de las deidades.
Hablo el mayor mientras mostraba una amplia sonrisa, la pequeña solo se mantenía en silencio, solo podía sentir como su piel era perforada lenta y dolorosamente.
- Muy pronto será la ceremonia donde tomarás el puesto como deidad de la mafia Yakuza, serás la deidad de los Yakuza, tu serás su nuevo dios.
La menor se mantenía en silencio escuchando las palabras del adulto, lentamente sus manos comenzaron a mancharse de ese color carmesí a causa de las heridas que de había echo al tratar de escapar inútilmente, el mayor conocía la fuerza de la menor, sabía que era perfecta y así la formó y moldeo a la fuerza, quería una deidad perfecta, la primera mujer deidad en tomar el control de la la mafia más grande de todo Japón.
Fue cuestión de horas para que el anciano terminara de tatuara cada rincón de la espalda de la menor, cubriéndola por completo con un enorme tatuaje que cubría parte de su hombro derecho, la nueva deidad tenía que llevar la marca de la mafia a la que representa, la mafia a la que gobierna.
- Luce hermoso, una verdadera obra de arte.
Halagaba el adulto mientras observaba la imagen plasmada en la espalda y hombro de la menor, el anciano solo asintió mostrando una sonrisa.
ESTÁS LEYENDO
El legado (Sano Manjiro x lectora)
Fanfiction- Por favor permíteme ser yo quién te salve... Las lágrimas bañaban sus rosadas mejillas causa del llanto, trataba de alcanzarlo pero sus manos apenas y podían rozarse. - Solo quiero que todos estén bien, peor no puedo, no puedo cargar con tanto pes...