Capítulo 8: Nuestra historia

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El Bosque Encantado

Jack

El oso cae estrepitosamente a los pies de los gigantes. Norte y Conejo me alejan para subirme al trineo detrás de los árboles. No me puedo mover. Dejo que me suban sin poner resistencia, Norte Sandman ayuda a Hada a incorporarse antes de que todos estemos en el trineo y podamos salir de ahí.

El verla arrojando el corazón y congelarlo, que sus mismos ojos sean los del quinto espíritu me dejó completamente en estado vegetativo. Eira es el quinto espíritu y no sé cómo consiguió el corazón.

Hada me habla, pero no escucho lo que dice, no escucho nada que no sea mi corazón bombeando. Solo por eso sé que estoy vivo. Meme me palmea la espalda tratando de llamar mi atención, sin embargo, la escena de Eira congelando el collar se repite una y otra vez en mi mente.

No sé cuánto tiempo pasa, pero de un momento a otro ya estamos en el cuartel. Norte se acerca a moverme para bajar y por más que quiero mover un músculo, no pasa nada, así que termina cargándome dentro. Me deja en el centro, frente al globo terráqueo y sigo quieto.

—Ha estado así desde que vio a los ojos del quinto espíritu— murmura Hada a mis espaldas. —Sin contar que trataba de evitar que el hielo lo matara—.

—¿Por qué ha estado así?— farfulla conejo.

Todo pasa como si fuera el espectador de una película. Oigo, pero no escucho. Veo, pero no observo.

—Entonces sigue con eso de recuperar sus recuerdos,. Gracias, Meme— dice Norte. —Pues investigué un poco y creo que podrá ayudarlo—.

—No digas nada más. ¿Qué tal si sólo lo enloqueces más?— gruñe Conejo.

—Yo sé que no— replica el bonachón. —Lo siento en mi panza—.

—Lamento decirlo Norte, pero Conejo tiene razón — habla Hada. —¿Otra vez vamos a confiar en lo que te dice tu estómago?—.

Se oye silencio un momento antes de que Norte vuelva a hablar. —¡JA! Meme sabe que tengo razón—.

Más voces suenan y yo solo vuelvo a ver cómo el oso intentaba matarme. A pesar de estar indefenso, no le importó. 

«¿Por qué trató de eliminarme? ¿No se supone que mantiene el equilibrio?».

Las lágrimas se juntan en mis ojos, no me dejan ver nada y siento que me hundo en el mismo lago donde nació Jack Frost.

—... Entonces la reina se convirtió en el espíritu del invierno. El verdadero nombre del quinto espíritu es Elsa...— menciona alguien.

«Elsa...».

Sus ojos azules, su cabello blanco, su piel pálida. 

El suspiro de su alma vuelve a mí. 

La miro como una niña cuando la conocí, ella creyendo en mí de inmediato y nuestra amistad naciendo. La veo crecer, sintiéndose sola y buscando mis abrazos. La miro perdiendo a sus padres, alejándose de Anna constantemente. 

El día de su coronación, cuando me di cuenta de que no solo era mi mejor amiga y que ella reveló a todos que tenía casi los mismos poderes que yo. Verla cantar, encontrarse a sí misma y enamorándome completamente de ella. Sus mejillas rojas por estar tan cerca de mí, la sensación de su piel en mi pulgar.

Nuestros juegos, el copo de nieve que hicimos juntos con mis sentimientos en él. El sonido maravilloso de su risa. Mi promesa de jamás dejarla, de quedarme siempre con ella.

Ya no es solo hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora