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-»Papá Do«-

Jaemin era consiente de que ambos estaban parados como tontos en el medio del patio, así que fue el primero en separarse de esta intensa mirada que le estaba dirigiendo el lindo pelinegro del que no sabía el nombre.

No pudo ocultar la confusión en su rostro cuando su vista se posó en los descalzos pies del otro chico. El sobrino de la profesora fue consciente de su "situación" y algo incómodo se alejó de a poco del rubio, acercándose a la señora Kim. 

Por su parte Jaemin tomó a su amigo que estaba tan o más confundido que su profesora de historia y se fue de nuevo por el pasillo que lo llevaba hacia el interior del edificio.

—¡Hey, Hey, Hey! Na Jaemin ¿Por qué ese hermoso pelinegro te estaba mirando de esa manera y tu estás huyendo como un maldito cobarde? —preguntó el castaño claro deteniéndose en la mitad del pasillo.

—No es nada Haechan, vamos a otro lugar.

—¡Hey, tú! —gritó el todavía desconocido y Jaemin no pudo hacer más que salir corriendo por el pasillo.

No quería ni pensar en lo que le habían hecho sentir las palabras de su amigo. No eran celos. No, no y simplemente no. Él no quería esto. Era broma cuando le había respondido a Donghyuk que sería hermoso encontrar a tu pareja destinada. Y es que ¡Estaba mil porciento seguro de que ese pelinegro era su maldita pareja destinada!

Su lobo interior estaba saltando de alegría, casi llorando porque al fin se habían encontrado. Pero él no, él estaba prácticamente llorando porque no quería esto. Todos siempre hablaban de lo hermoso que sería tener a tu otra mitad, pero Na no pensaba lo mismo. La historia del mágico amor era una estupidez. Lo único que lograba era que se volvieran enfermamente dependiente entre ellos y él no quería eso. Na Jaemin era mucho más que un sumiso omega que necesitaba de un alfa para ser feliz. Así que ese desconocido pelinegro podía ir a otro lado a buscar pareja.

Entró a la sala de computación y allí sacó su celular para ver la hora. 10:40. Genial, solo tenía que aguantar cinco minutos y podría ir feliz a su siguiente clase. Bajó la barra de notificaciones y vio el mensaje de su abuela en el que le pedía que antes de ir a su casa pasara por la tienda y comprara unas cosas. Le respondió con un sticker de un gatito haciendo "ok" con sus dedos y volvió a guardar el aparato mientras se sentaba en el suelo casi escondido entre los escritorios.

Estaba muy agradecido de tener a su abuela con él, era la única familia que le quedaba pero a veces menos eran más, y él lo sentía así. No quería más hermanos, ni tíos y menos tontos sobrinos que llegasen descalzos mientras estaba dando clases.

Sintió como se abrió la puerta de la sala y se hizo más pequeño en su lugar.

—Eres tonto ¿Cómo te olvidas el cargador de la pc aquí? —preguntó una voz que no reconocía por completo.

—Sabes que desde que pienso en Haechanie tengo mi cabeza en cualquier lado. —contestó la otra persona que reconocía a la perfección.

—¿Ya conseguiste su número?

—No, pero se lo pediré al tonto de Jaemin, estuve entrenando mi voz de mando durante toda la semana para esto. Fui con el alfa que me recom...—

No pudo terminar de escuchar la conversación porque los chicos ya habían salido del aula.

Un suspiro salió inconscientemente de su garganta porque aunque no quisiera admitirlo, era obvio que le afectaba. Era evidente que todo el mundo lo veía como un tonto y débil omega. Y el tener una pareja destinada solo lo hacía más y más sumiso. Pero no, él era fuerte, más fuerte que cualquier alfa que pisase esta tierra.

Su celular ya marcaba la hora de entrar a clases y aunque estaba con lo ánimos por el piso, se levantó y salió camino a Epistemología. Nadie iba a usarlo ni hacerlo sentir menos, ni siquiera el tonto pelinegro que no generaba nada en él.

Cuando ingresó al salón 107 estaban todos menos el profesor, nadie le prestó atención excepto su castaño amigo. Que le hizo señas de que luego tenían que hablar y que lo estaba vigilando.

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Como era de esperarse, las clases fueron muy aburridas pero si tomó muchas notas porque la mayoría de lo que salía de la boca del profesor era importante y no lo sabía.

Para cuando sonó el timbre él ya tenía todo preparado para su gran escapada de las garras de Haechan y tal como lo planeó, sucedió.

Comenzó a caminar más tranquilo cuando estaba a unas tres cuadras del complejo educativo porque la casa de su amigo quedaba para el otro lado.

Cuando pasó por una tienda llamada "Supermercado Cool" se detuvo y entró a comprar las cosas que tenía en la lista que le había mandado su abuela. Consiguió todo menos una lechuga de nombre raro que su nona amaba con su vida y no comía sino era esa. Cuando terminó de pagar salió de la tienda y comenzó a caminar hacia su casa.

Solo se escuchaban los autos pasar, a veces algunas bocinas y voces dispersas. Por eso cuando comenzó a escuchar 'Love Shot' de EXO se quedó estático en su lugar. Extrañado siguió el sonido de la canción hasta que llegó a un basurero que estaba lleno de bolsas y fuera de este vio una mochila y el sonido provenía de ahí. Más lejos vio como la policía se llevaba a un hombre que gritaba que le dieran la bendita mochila, con un poco de miedo se quedó escondido detrás de una pared hasta que vio como el móvil de la policía se alejó por la calle. Cuando el objeto dejó de sonar, dudó en acercarse pero cuando se volteó para volver por su camino, se escuchó de nuevo la melodía.

Se acercó y cuando abrió la mochila, vio que dentro de esta, en el bolsillo de una campera algo pegajosa, estaba un costoso celular que dudaba que fuese del señor que se habían llevado.

Cuando tomó el aparato la pantalla se iluminaba anunciando una llamada de "Papá Do". Sin pensarlo dos veces el rubio atendió.

—¿Hola?

—¡Lee Jeno! —comenzó gritando la persona que estaba del otro lado de la línea. —¡Con tu padre te estamos llamando desde hace una hora!¡¿Cuándo pensabas contestar?!

—¿Hola? Disculpe, acabo de encontrar este celular cerca de un basurero.

—Oh... —"Papá Do" carraspeó y luego dijo; —Dios, lo siento mucho. Soy Lee Doyoung y este celular es de mi hijo, seguro el muy tonto lo perdió ¿Puedes decirme dónde estas y voy a buscarlo?

—Sí, claro. —Le dijo la calle en la que se encontraba y justamente "Papá Do" estaba a unas simples cuadras. —Oh, yo tengo que pasar por allí ahora, puedo dejárselo ¿Es en el local "K!mCake"?

La otra persona respondió que sí y quedaron que el rubio iría hasta allí a devolver el objeto. Le gustaba mucho la tienda "K!mCake", hacía postres y bebidas demás deliciosas y tenían una increíble atención al cliente. Tardó solo unos minutos en llegar hasta el local y detrás de la barra lo esperaba un pelinegro con rasgos muy hermosos, tenía una sonrisa encantadora y si lo mirabas algo rápido parecía un conejo.

—¡Hola, soy Lee Doyoung! ¿Tú encontraste el celular? —preguntó animado saliendo de detrás del mostrador.

—Sí, mucho gusto "Papá Do" —dijo a modo de broma.

El mayor río y luego dijo; —Salvaste la vida de mi hijo. —Cuando iba a responder que no era nada, volvió a hablar; —Te iba a preparar algo a modo de agradecimiento pero no sabía tus gustos, así que dime qué te se te apetece. 

Antes de siquiera poder abrir la boca, la puerta fue abierta y por allí entró el tonto pelinegro que no lo hacía sentir nada.

-»Papá Do«-

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-joo

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