Celos y apoyo materno.
El inu-hanyou sabía que seducir a su futura hembra no sería nada fácil, después de todo ella procedía de una época donde los pequeños avances como caricias y besos, no tenían mayor significando, a diferencia de su propia época el Sengoku, donde estos significaban un claro compromiso o más bien casi una promesa de casamiento.
Y aunque no lo quisiera admitir, esto lo aterra, pues la osada azabache ya lo había besado una vez y cuando el tema fue tocado por sus amigos ¡¿Qué hiso esta?!, ¡Negarlo! y después lo mando al suelo de un osuwari cuando él "inocentemente" solo había querido salvar algo de su orgullo, alegando que ella había sido la del beso. Y claro, él había correspondido y disfrutado aquel beso, aunque más bien había sido un ligero roce que lo dejo con unas inmensas ganas de más. Y esta negación de parte de la azabache genero una gran inseguridad, en el tímido inu-hanyou. Si bien Kagome había demostrado su afecto innumerable veces por él, el hecho de negar un acontecimiento tan importante y luego hacer como si nada hubiera pasado, hacía que un sin número de dudas e inseguridades se arraigaran en el lastimado corazón de Inuyasha.
La revista tenia los pasos exactos para que el sedujera a la miko, pero de lo que obviamente carecía era la forma en que él tendría que verse para ser deseable, sexi y que la miko del futuro lo notara. Pero gracias a su buena memoria y un desagradable recuerdo, supo lo que tendría que hacer y que la solución a su dilema, era nada más que ese maldito libro, la revista que Kagome había llevado a su época y la culpable de que su miko ya no le preste atención y él muera de lo celos.
/Flashback/
Inuyasha gruñía molesto por el maldito conjuro que activo la azabache para evitar que rompiera con sus garras su valiosa revista, mientras la miko del futuro sonreía muy campante y tranquila hablando con Sango sobre los apuestos jóvenes del calendario.
-Kej... Maldita perra traicionera. -Refunfuñaba hirviendo de los celos mientras escuchaba los halagos que las mujeres daban a los jóvenes que aparecían en la revista.
-Valla Kagome no sabía que lo hombres de tu época fueran tan guapos. -Dijo la exterminadora abochornada pero sin alejar su vista de la obra de arte que eran esos jóvenes sin camisa.
La azabache rio por el comentario de su amiga recordando la cantidad de jóvenes feos que conoce. -No es nada de eso Sango...simplemente en las revistas solo publican a los más guapos, populares y sexis. -Afirmo la joven miko del futuro.
-Entonces los jóvenes de esta revista ¿son los más guapos de tu aldea natal?
-Se podría decir que si, por cierto Sango no me has dicho cuan te parece más guapo. -Pregunto la azabache con una sonrisa traviesa en los labios logrando que su amiga se sonroje mucho más.
-Jejeje... Pues yo creo...que todos son muy guapos. -Dijo la exterminadora sintiéndose cohibida por la preguntas de la azabache.
-Si tienes razón, pero a mí el más guapo me parece que es Ash o Archeron, es tan apuesto y bueno a pesar de todas las cosas malas que le pasaron siendo apenas un niño el sigue preocupándose por los demás. - Los ojos de la azabache se iluminaron de admiración, logrando que el posesivo y celoso inu-hanyou gruñera con ganas de destazar al hombre del que la azabache hablaba, pero gracias a su máximo esfuerzo y el conocimiento de que si interrumpía la plática de las chicas la azabache lo sentaría sin la más mínima compasión.
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como seducir a una miko del futuro
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