| La amnesia es la pérdida total o parcial de la capacidad de recordar experiencias o eventos que ocurrieron en los segundos anteriores, en los días anteriores, más atrás en el tiempo o después del evento que causó la amnesia. |
Orel obtuvo un traumatismo craneal que, de algún modo, afectó su encéfalo y que fue difícil de suponer por los doctores, dado que la lesión parecía no ser tan grave. El doctor les dijo que tardará alrededor de dos meses en despertar los recuerdos que olvidó y, después de eso, todo marchará bien.
Pero algo parecía no marchar bien para Bastian, quien inmediatamente después de presenciar en carne propia cómo el amor de su vida no lo reconocía en lo más mínimo, salió de allí con lágrimas en los ojos y dando bocanadas profundas de aire mientras se apoyaba de las paredes, intentando evitar un ataque de pánico y fallando en el intento. Porque cuando Beret lo sujetó entre sus brazos y le preguntó qué había pasado, este colapsó un segundo después de decir: "Despertó."
Orel fue trasladado a otra habitación cuando se encontró fuera de peligro y todo por fin pareció calmarse en el ambiente tan tenso en el que se encontraban. El castaño, por supuesto, recordó a sus padres y a su hermano mayor, incluso a sus pocos amigos cercanos cuando estos fueron a visitarlo luego de enterarse del accidente. Bastian, quien había dormido casi todo el día precisamente al lado de su cuarto, entró con la esperanza de que su última conversación solo fuese una pequeña broma de parte de su novio por ser tan tenaz y no dejarle el dinero al ladrón. Pero cuando entró y vio las miradas llenas de compasión de la familia Ponzio supo que la situación no era más que la simple y cruel verdad.
Aquella mirada confundida y un poco incrédula que Orel le lanzó después de posar su vista hacia él fue como un balde de agua fría y, aguantando sus ganas de agarrarle de la mano y pedirle estúpidamente que lo recordara, optó por aceptar su realidad y actuar con madurez, siendo optimista ante la idea de que su novio lo va a recordar tarde o temprano.
—Ya les dije que vayan a descansar, no me sentiré mejor si los veo así tan cansados por la falta de sueño —dijo el menor con dificultad, rompiendo el silencio. Zelene y Henry se vieron comprendiendo que su muchacho quería estar a solas con Bastian y, después de una larga despedida, salieron de ahí junto a Beret, quien quiso quedarse más tiempo alegando que no estaba cansado para nada. Obviamente, embarrándola por completo bostezando justo después de soltar la última frase, contemplando todos así, la primera sonrisa de Orel después de todo lo sucedido.
Cuando finalmente la habitación fue abandonada por la mayoría, el silencio incómodo no tardó en manifestarse y luego de unas inquietantes miradas, quien decidió hablar primero fue Bastian, mientras veía por la ventana.
—Me alegro de que te encuentres mejor.
Orel asintió, sintiéndose calmado de forma repentina y le respondió: —Gracias.
Y de nueva cuenta, el silencio fastidioso volvió a aparecer, poniendo a Bastian en una situación exasperante, palpó su sien y luego rascó su cabeza, incómodo. Cuando se volteó y vio el rostro ruborizado de su novio, casi suelta una risa de no ser por la situación y, como no, el pequeño ardor que también sintió en sus mejillas.
—Mi hermano me lo contó todo, lo del accidente. Aún no lo puedo creer —mencionó, sin saber cómo sostener la conversación. Bastian lo volvió a mirar, con tristeza.
—Todo esto es totalmente culpa mía.
—Claro que no, yo fui quien se interpuso. Según tú y todos, eres mi novio, supongo que lo hice por impulso... Debí amarte demasiado —le respondió, susurrando demasiado bajito la última frase, aunque siendo escuchada a la perfección por Bastian.
"Debí amarte demasiado" «¡Qué jodida prueba de vida me has puesto, Dios!» exclamó Bastian en sus adentros, con voz desesperada.
—No tienes que cargar con la culpa —terminó, a lo que Bastian decidiendo ignorar su amargura, cambió de tema abruptamente, en forma de defensa.
—¿Quieres ver nuestras fotos? Tal vez te ayude a recordar —le pidió con un ligero entusiasmo.
Orel, intentando huir de la situación respondió: —El doctor dijo que no me deberían presionar en el proceso, que los recuerdos vendrán por sí solos. Solo deben darme mi espacio y tiempo —Bastian asintió.
—Tienes razón, lo siento, no debí...
—Perdón —le interrumpió el castaño, haciéndolo fruncir el ceño, confundido.
—¿Qué? —le preguntó, esta vez, arqueando una ceja—. ¿Por qué?
—Por no recordarte, sé que te afecta, lo veo en tus ojos —respondió Orel, en un tono de tristeza—. Escucha... el que somos novios es algo que está más que claro, no hay que ser tan inteligente como para saber tal cosa, pero...
—¿Pero...?
—No lo sé, me estoy carcomiendo la cabeza por encontrar algo relacionado a ti, saber algo sobre ti. Pero no recuerdo nada, aparte de que tampoco...
—¿De que tampoco...? —prosiguió Bastian, un poco exasperado, por los repentinos rodeos que hace Orel al hablar, clara señal de que está nervioso.
—De que tampoco siento algo por ti cuando te veo —soltó, Bastian le sonrió un poco dolido. Ahí está su novio, sincero, pero sin un ápice de malicia en sus palabras.
—No me molesta —mintió—, de todos modos... vas a recordar, ¿verdad? —continuó diciendo, cuando claramente aquella oración compuesta fue dicha para él mismo, en una forma de auto convencimiento de que su enano volverá a ser el mismo de siempre.
Orel asintió jugando con los dedos de sus manos, cortando el contacto visual.
—Me quedaré aquí toda la noche, así que iré a buscar algo para cenar. ¿Te apetece alguna bebida? —le preguntó incapaz de mirarlo a la cara, mientras caminaba hacia la salida. Orel miró su espalda, aquella que hace unos minutos le sonrojó de una manera tan vergonzosa al mirarla con tanta admiración cuando el pelirrojo estaba frente a la ventana.
—Bastian —el susodicho, quien agarraba la manija de la puerta tan fuerte que sus nudillos se volvieron descoloridos, giró su rostro, observando cómo Orel lo miraba con pena y preocupación—. Creo que lo mejor es que te vayas a casa...
—No puedes estar solo, ¿y si te pasa algo?
Orel negó y le respondió con convencimiento: —Estaré bien, no te preocupes. Además, hay decenas de enfermeras y doctores disponibles para cualquier emergencia, no hay que temer.
—Pero... —se detuvo cuando Orel lo interrumpió negando y sonriéndole con calma y, devolviéndole la sonrisa, asintió y se despidió agitando su mano con un "Adiós" de por medio.
Porque después de todo, cuando su novio se planteaba algo en la cabeza, no había forma de hacerlo cambiar de opinión y lo sabía, porque lo conocía como la palma de su mano.
Dicas <3
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The purest love
Historia CortaBastian y Orel son dos jóvenes que creen fervientemente en el amor verdadero, por ende, en el amor a primera vista. Bastian y Orel se enamoran profundamente cuando cruzan miradas en aquel parque situado justo en el centro de la ciudad. Bastian y Ore...