Hacia el Olimpo

Capitulo 1: Reencuentro

Ella es una chica algo tímida, no habla con nadie y no quiere saber nada de nadie. Solo tiene un pequeño grupo de amigos con los que ha entablado una gran amistad.

Lo que Helena no sabe es que Atenea la diosa de la sabiduría y la estrategia, su madre, la estaba observando desde el Olimpo, como llevaba haciendo desde que era pequeña. Y ese día se atrevería a hablar con ella violando todas las normas impuestas por Zeus. Cuando Atenea por fin consiguió bajar se hizo pasar por profesora de música para así conseguir ganarse a la chica.

No le fue fácil, ya que la vida había enseñado a Helena a no confiar en nadie. Sin embargo, cuando vió el bloc de dibujo de Helena se dió cuenta de lo bien que a la chica se le daba dibujar; y así consiguió ganarsela. Tres meses después decidió que ya era hora de contarle la verdad:

Atenea: Helena se que esto podrá impactarte, pero...

Helena: Eres mi madre.

Atenea: ¿Cómo lo sabes?

Helena: A papá no se le da muy bien mentir, siempre supe que no habías muerto... y cuando empezamos a hablar lo supe.

Atenea: Se nota que eres mi hija, eres igual de inteligente que yo. ¿Sabes algo más?

Helena: No, ¿que más debería saber?

Atenea: No me llamo Claudia; y este no es mi cuerpo. Mi verdadero nombre es... Atenea y soy...

Helena: Una Diosa, ¿no?

Atenea: La de la estrategia.

Helena: Entiendo. Bueno, pues siento de verdad haber confiado en ti, eh. Hasta luego.

Helena fue caminando hacia delante pero entonces una rama de un árbol la cogió y la puso frente a su madre. Esta, entonces, siguió hablando:

Atenea: Eres superdotada, nunca has estudiado griego pero lo entiendes perfectamente y haces planes para conseguir lo que quieres por diversión, ¿quieres que siga?

Helena: Soy hija de una Diosa.

Atenea: Exacto.

Helena: Ven a casa, él te echa de menos.

Atenea: Y yo a él. Me encantaría poder ir pero es demasiado peligroso. Tengo demasiado que contarte, estás rodeada de semidioses y sobre todo en tu grupo de amigos...

Entonces le contó como sus amigos lo eran por un motivo, todos eran semidioses. Luca, por ejemplo era hijo de Poseidón.

Helena: Eso explica lo de sus ojos, era demasiado azules.

Atenea: Tú también los tienes preciosos, eso lo sacaste de tu padre.

También le contó que Patch era hijo de Apolo y Estefan de Hermes. Lo que más le sorprendió fue que Klaus fuera hijo de Afrodita ya que Boni, novia de este, también lo era. Por último le dijo que Beca era hija de Era, la diosa más poderosa de todas.

Helena: ¿Puedo contárselo a ellos?

Atenea: Pero no podrán contarlo a nadie; y menos a sus padres.

Helena: Lo prometo.