CAPITULO 5

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Hace una seña para que me acerque, siento bastante pena, pero el saber que va a tocarme me gusta, me toma de la cintura y de un movimiento me arroja en su cama.

-tu me provocaste y tú pagarás las consecuencias.

Se acerca y comienza a besar mi cuello, tan luego su piel entra en contacto con la mía vuelvo en si, ya no percibo de se mismo olor que en el techo, ahora solo siento repugnancia.

-¿Cómo que ya te redimiste y quieres escapar? No no no baby, quien manda aquí soy yo.

Comenzamos a forcejear, trato de patearle, de quítarle de encima mio y correr dónde no me encuentre, tiene bastante fuerza y solo comienzo a llorar mientras forcejeo para escapar.

-¡Por favor....déjeme ir!

-no niña, una vez que quiero algo y alguien me pide algo, no hay marcha atrás.

Me coloca boca abajo en su cama deteniendo mis brazos con su rodilla, su peso está sobre mi y me duele, siento un amarre fuerte en mis muñecas, me vuelve a girar boca arriba, siento enojo, asco y vergüenza.

-intenta moverte, trata de huir, no podrás nunca huir de mi, eres mía ahora y te haré sentir lo que guardo aquí debajo.

Siento algo creciente en mi intimidad, comienza a frotarse, puedo sentir esa cosa moverse por debajo de su ropa, es su pene, había visto algo así en clases de ciencias, en el apartado de educación sexual en 6to grado de primaria, puedo comprender lo que hace, mi madre me explicó muchas veces los cuidados, ventajas y desventajas de las relaciones sexuales, pero ahora no tenía cabeza para pensar en eso.

Solo me quedaba llorar de las mil cosas qué sentía y recordaba.

-oh no me mires así, tú fuiste quien comenzó, pero ahora no quieres hacerlo, esto no se quedará así niña...... agh, me estás hartando, haré que cambies esa cara por una babeante.

Cierro los ojos por el miedo, mis piernas tiemblan, siento como las levanta y las coloca al rededor de su cadera.

-mgh-

Siento algo duro entrar en mi vagina, entro a la fuerza, me duele mucho, comienzo a llorar y a quejarme, me muevo para tratar de quítarle de mi, pero me sujeta las manos, no puedo moverme, se mueve, mi cuerpo sube y baja, mi espalda hace fricción con la cama.

-mgh~ tranquila se va a lubricar con el tiempo.

Lo siento entrar y salir, comienzo a escuchar sonidos provenientes de nuestros cuerpos, mi interior comienza a dejar de tener dolor, se siente raro pero a la ves se siente bien, mi cabeza da muchas vueltas, siento que no puedo hacer nada, mis piernas me duelen, doy gritos esperando que el mismo chico de la otra vez me ayude, pero nada pasa.

-ey shhhh... Ah otra vez con lo mismo? Mgh~ yo creo que ya te estaba gustando, en fin ah~ me aseguraré de que ese bastardo no se acerque a lo que es mío.

Coloca un trozo de tela en mi boca, no puedo gritar ni hablar, me doy asco a mi misma, como es posible que yo haya comenzado a hacer esto, como fue que termine aquí, alguien por favor....ayúdeme......

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Escucho pasos y una puerta cerrase, entra luz por la ventana cubierta por cortinas que está justo frente a mi, maldito sea ese hombre, no fue una pesadilla, fue peor que eso, me duelen mucho mis piernas, un fluido blanco y al parecer viscoso está cubriendo mi cuerpo, creo saber qué es desgraciadamente, en mi entre pierna siento mucha humedad, levanto las sábanas con cuidado, sangre y más fluidos, me cubro el rostro con las manos, lágrimas salen de mis ojos, me duele el cuerpo, tengo varias marcas en mi cuerpo, hace tan solo unos días yo tenía una vida normal, asistía a la escuela, estaba con mi amiga, mi novio y compañeros de clase, era casi alumna modelo, ¿En que momento termine así? No se donde estoy escondida, espero que me puedan encontrar y salvar, no quiero seguir en este maldito lugar.....

Síndrome de EstocolmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora