Sky White
Otra vez.
Siempre la misma pesadilla.
El primer día de clase, me esperaba un día entero estando totalmente zombi.
Genial.
Eran las seis de la mañana, estaba llorando y sudada por culpa de la pesadilla de esa noche, no me volví a dormir, no pude volver a dormirme por miedo a los recuerdos. Me pase una mano por el pelo y me sequé las lágrimas, y como pude salí al baño, una vez allí me centré en lavarme la cara, me la seque con la toalla y me mire al espejo, vi mis ojeras y mi cara aún rojiza de llorar.
Estoy horrible
Me duché, me alise el pelo - más de lo que ya es al natural - y me puse una ligera capa de maquillaje para disimular los ojos hinchados y las ojeras.
Sabía que era pronto para prepararme pero no podía volver a dormirme y arriesgarme a tener otra pesadilla de esas
Baje a desayunar y allí estaba mi tía Penélope tomándose un café mientras leía una revista de cotilleos, ella amaba esas revistas.
— Hola tía Pe — la saludé después de bostezar
— Cariño — exclamó ella extrañada — ¿qué haces levantada ya? no son ni las siete
— Es que no podía dormir, estoy algo nerviosa, con eso del último año.
Mentí.
No sabía lo de las pesadillas, no quería que ella se preocupara por mi, trabajaba mucho para mantenernos a Jordan y a mí, y solía dormir muy poco, preocuparla con mis cosas me parecía muy egoísta.
Charlamos un rato mientras desayunábamos, la verdad que yo sí que estaba nerviosa, al fin y al cabo era el primer día de mi último año de instituto.
— Va a ir todo bien — me tranquilizó como si se me viera a la legua que estaba nerviosa.
— Esperemos que si, los problemas son lo último que me apetece hoy.
— Ya veras que todo va a ir bien.
No le concedí ninguna respuesta, entonces ella cerró la revista y me dedico una de sus maravillosas sonrisas terapéuticas
— Anda ven — abrió sus brazos para que le diera un abrazo — no seas fatalista.
Me dio multitud de besos en la cabeza cuando me tuvo entre sus brazos y me susurró millones de cosas para que me tranquilizara. Cuando por fin me soltó, sonreí divertida.
— Gracias tía Pe — sonreí tímidamente
- Bueno tu estate tranquila. No pierdas los nervios.
Si, Mi tía Penélope era una universitaria hasta hacia tres años, ahora era una muy buena abogada.
De hecho, cuando mis padres tuvieron el accidente, ella estaba en su último año de universidad, y fueron casi dos meses de búsqueda, según ella, estaba viviendo la vida loca.
Yo hago la traducción: fumando porros y yendo de fiesta en fiesta.
— ¿Se puede saber que pasa aquí?
Jordan apareció por la puerta de la cocina con cara de dormido y bostezando, estaba sin camiseta y con el pelo revuelto
— Buenos días a ti también — dije cuando acabe el sorbo de café y el me sonrió.
Mi hermano era probablemente lo único que me importaba y de las pocas personas que me sacaban una sonrisa genuina.
— ¿De qué hablabais vosotras dos?
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el día que deje de llover
Jugendliteratur¿como afrontas el miedo a perder a la gente cuando un desconocido se presenta en tu vida sin avisar y te obliga a cogerle cariño?.