Sky White.
Ese era uno de esos días en los que te apetece subirte a la mesa y cantar y bailar a lo High School Musical. Era viernes y la sensación que todos teníamos un viernes cuando toca el timbre que indica que ya no vuelves a tener clase hasta dentro de dos días se merecía un altar.
Seguramente es de las mejores sensaciones vividas y por vivir, como que un gran peso se te quita de encima, eso fue lo que sentí ese viernes, lo que sentí cuando me colgué la mochila del hombro y salí por las puertas de aquel edificio en el que me sentía agobiada.
Sam y Austin venían a mi lado con un paquete de M&M's, Sam los lanzaba y Austin los cogía con la boca, no fallaba ni uno ¿como lo hacía? ni idea, era una habilidad un poco extraña.
— Venga Sky, ahora tu — Sam me apunto con una bolita de color rojo.
— Yo no sé hacer esas cosas, seguro me da en un ojo.
— Confía en mi puntería — me pidió ella
— Solo uno eh — lo lanzó y lo cogí sin mucha complicación.
Austin y yo hacíamos mucho lo de coger comida en el aire con la boca con mi padre, el siempre nos hacía montarla. Una vez, en una comida familiar en acción de gracias, la familia de Austin y la mía se reunieron como todos los años y para que Austin y yo nos portamos lo mejor posible nos colocaron a cada uno en un extremo de la mesa, y digamos que no salió muy bien. Días antes mi padre nos había estado lanzando uvas para que las atrapáramos en el aire, y digamos que de postre había macedonia y acabamos provocando una pelea de comida entre todos los niños que había sentados en la mesa. Austin y yo nos pasamos toda la noche recogiendo el comedor de mi casa, pero sin duda había merecido la pena, había conseguido que un trozo de manzana acabara dentro de la boca de Austin desde la otra punto da la mesa.
Al día siguiente invitamos a Sam a casa. Nos llevábamos bien pero era toda una repelente y nadie la soportaba, pero el día que evitó que Tyler se metiera una pintura rosa por la nariz supe que nos llevaríamos bien. Sam, que en ese momento era Sammy casi es ahogada con unos M&M's esa misma tarde, yo creo que no ha vuelto a comer esas "mortíferas bolas de colores" como ella las llama.
Al igual que el día que casi atragantamos a Sam, acabamos los tres sentados en el sofá de mi casa, solo que esta vez mirábamos videos cada uno por nuestro móvil, ni siquiera era un plan de verdad, pero prefería hacerlo con ellos que sola, entonces allí estábamos, Sam y yo tumbadas cada una en un extremo del sofá mientras Austin descansaba la cabeza en mi regazo. De vez en cuando le hacía caricias con las uñas en el cuero cabelludo.
Al final me terminé acurrucado a Austin e hicimos a Sam cambiarse al sofá más pequeño para poder dormir los dos juntos en ese, y cuando me estaba quedando dormida con la cabeza apoyada en el pecho de mi amigo, Sam se levantó del sofá y nos despertó a ambos.
— Levantar vuestros culos gordos de ahí, nos vamos, tenemos planes — dijo agitando me por un hombro.
— Sam callate un rato — Austin se movió y me pegó más a el.
— Tenéis varias horas por la noche para dormir, moveros.
Después de que mi amiga casi nos levantara de lo que los españoles llaman siesta acabamos los tres metidos en el Mini que conducía Vic, al saber con quienes íbamos casi me tiro del coche en marcha. Llevaba dos semanas sin sabes nada de Axel, y no sin querer precisamente, me había escrito una o dos veces para ver si estaba bien y creo que ni siquiera le contesté, no debía acostumbrarme a él ni a nada que tuviera que ver con el, al final me conocería del todo y se iría así que prefería ahorrarnos tiempo a los dos, así era más fácil.
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el día que deje de llover
Genç Kurgu¿como afrontas el miedo a perder a la gente cuando un desconocido se presenta en tu vida sin avisar y te obliga a cogerle cariño?.