Carta #5

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Nadie te conoce como yo, nadie te conoce realmente, solo yo.

¿Entonces porque ese estúpido sigue diciendo esas cosas sobre ti?

El no te conoce, el no tiene el derecho de hablar así de ti, nadie debería ensuciar tu memoria con crueles mentiras.

Desearía que hubieras estado ahí...

No recuerdo todo el día con exactitud, principalmente porque no podía alejarte de mi mente, nunca puedo.

Pero si recuerdo como ese tipo decía esas cosas de ti, como si te conociera de toda la vida.

Yo debí estar ahí hablando de ti.

Yo, tu madre, amiga y hermana, no él. 

Yo quien fui la que te saco de adentro de mí y soporto todo el dolor que el parto me causó.

Yo te eduque y protegió de este mundo, no él.

Desearía que hubieras estado ahí para callar a ese viejo petulante, que salieras de ese ataúd vacío y que todo fuera una broma tuya de muy mal gusto.

Lo siento, desperdicio mi tiempo para escribirte quejándome de cómo fue tue funeral, te hubiera encantado, lo hice lo mejor que pude según tus gustos.

Vinieron personas de todos los lugares, amigos, para despedirse de ti, e hicimos una de esas ceremonias que tanto te encantan.

Pero de ninguna manera te hubieras podido salir del ataúd, porque tú no estabas en él...

Un nuevo comiezoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora